El algoritmo de Yolanda Díaz para vigilar las horas extras abre un nuevo conflicto con las empresas

Yolanda Díaz se ha propuesto llevar al límite el pulso a la patronal por el control horario, la flexibilidad, las horas extras y la conciliación. Todo eso que quiere cambiar la líder comunista está regado, como no, de tintes feministas porque, como dijo hace unos días en Valencia, «las mujeres registran una mayor porción de horas no trabajadas, otra misteriosa casualidad».

Legislación

El RD 8/2019 fue el primer paso. Obliga al empresario a conservar los resúmenes mensuales de los registros de la jornada laboral de sus trabajadores durante, al menos, cuatro años y ponerlos a disposición de la Inspección de Trabajo.

Antes, el RD 2/2015 del Texto refundido de la ley del estatuto de los trabajadores, estableció la obligación a las empresas de garantizar el registro de cada jornada y a detallar horario preciso de inicio y finalización, horas extraordinarias y de aquellos a tiempo parcial.

Ya en 2020 el RD 28/2020 fijó el marco de condiciones laborales de los teletrabajadores para garantizar la seguridad y la flexibilidad de este nuevo sistema que tuvo su auge durante la pandemia.

Inspecciones de trabajo

Ahora Yolanda Díaz quiere perseguir las horas extras que no sean remuneradas. Desde hace semanas tiene a un ejército de funcionarios repartidos por las empresas, revisando contratos de trabajo en busca de falsos autónomos y supervisando hojas de control horario.

La última Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre anuncia que en España se hacen casi siete millones de horas extraordinarias a la semana y 27 millones al mes.

Díaz dice que el 44 % no se pagan y que es «inaceptable» aunque sea «la cifra más baja desde 2011, pero no me voy a conformar».

El algoritmo del que habla Yolanda Díaz todavía no se ha aclarado demasiado. Las empresas no tienen que enviarle el resumen al ministerio, por lo que los datos que recoja serán los de las inspecciones.

Además, muchas empresas lo llevan a cabo de forma analógica con firma de papeles que luego guardan y del que no hay registro telemático.

Presiones

Detrás de esta fiscalización hay un intento de presionar por la jornada de cuatro días. Desde la Patronal, Garamendi ya ha comentado que España debe seguir trabajando cinco días. Suficiente para que Díaz y toda la rama de la extrema izquierda del Gobierno aumente sus apoyos a la iniciativa.

Díaz persigue un nuevo Estatuto de los Trabajadores con derechos tan extraños como un «paréntesis para viajar, para motivarse de nuevo siempre con la garantía de la reserva del trabajo». Algo que los empresarios no estarían dispuestos a soportar.

El ministerio de Díaz quiere reducir las horas extraordinarias hasta que desaparezcan, un derecho del trabajador y que las empresas tienen obligación de remunerar.

También habla de «reconfigurar el tiempo de trabajo» para tener «una visión sostenible de los trabajos y de las vidas que nos permiten».