Los trabajadores del Grupo Siro se manifiestan en Venta de Baños.
Crisis
Situación dramática en la fábrica de galletas Siro: «No hay dinero para pagar nóminas ni materias primas»
La empresa palentina, conocida por la fabricación de galletas, podría verse abocada al cierre y al despido de más de 1.000 trabajadores si no se inyecta capital
El futuro del Grupo Siro se decidirá en los próximos días, según las fuentes consultadas por este periódico. Las reuniones entre los implicados se aceleran en medio de acusaciones graves entre el Gobierno, la Junta de Castilla y León y los representantes de los trabajadores. El Gobierno dice que la Junta no se ha implicado lo suficiente; la Junta responde que esa es la tesis del Gobierno, pero que sus consejerías y el presidente están trabajando en ello; los sindicatos se quejan de que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, no les ha llamado para la reunión que va a mantener con los alcaldes de las ciudades donde la compañía tiene fábricas, a pesar de haber estado negociando durante siete meses el nuevo plan de competitividad de la compañía.
El hecho es que las fábricas de Palencia, y con ellos 1.300 trabajadores de la compañía en Aguilar de Campoo, Venta de Baños y Toro (según Sandra Vega, secretaria de Acción Sindical de UGT), están al borde de cesar su actividad, con el drama que ello supondría para la región. La producción está parada. El responsable de Política Industrial de CCOO en Castilla y León, Miguel Ángel Brezmes, no duda en tildar la situación de «extremadamente grave». «No hay dinero para pagar las nóminas ni las materias primas. La única solución es que llegue una inyección de liquidez para seguir fabricando. Mercadona -del que Siro es proveedor- no puede estar muchos días con la incertidumbre». El Grupo Siro ha declinado hacer comentarios.
Una trayectoria extensa que merecería un final feliz
Siro se ha convertido en un actor importante del sector de la alimentación después de un camino largo que se ha desarrollado en diversas etapas. Galletas Siro se fundó en el año 1920 después de que su fundador, Siro Fernández, comenzara la producción artesanal de galletas en Alar del Rey (Palencia) en 1916. La empresa fue prosperando hasta que en 1987 fue adquirida por Danone. La multinacional la vendió en 1991 al empresario madrileño Juan Manuel González Serna, que sigue siendo el presidente.
Con González Serna, la empresa alcanzó su máximo histórico del 15,3 % de producción nacional de galletas en el año 1996, se hizo con Galletas Fontaneda, diversificó el negocio en productos y geografías y se convirtió en interproveedor de galletas, cereales para el desayuno y pasta de Mercadona, entre otras cosas. En 2019, último año antes de la pandemia, el Grupo Siro facturaba unos 600 millones de euros, contaba en total con 3.500 empleados repartidos por España, Portugal, Italia, Reino Unido y México y tenía una producción superior a las 400.000 toneladas, el 69 % de ella para Mercadona.
Tras las pérdidas de los últimos años y la insuficiente liquidez obtenida con la venta de diversos activos, la compañía tuvo que pedir un préstamo de 320 millones que aún arrastra. Su peso se ha acentuado con la crisis provocada por la pandemia y la invasión de Ucrania.
La solución ha sido buscar un socio. En diciembre de 2021 llegó Biscuit International, multinacional con sede en París que se retiró, y el pasado 11 de marzo se alcanzó un acuerdo con el fondo de inversión estadounidense Davidson Kempner y el turco Afendis Capital Management. El plan era que se hicieran con un 75 % de la compañía a cambio de una importante reducción salarial, pero parte de la plantilla no lo ha aprobado y los fondos se van. «Los alrededor de 200 empleados que han rechazado el acuerdo tendrán que decidir si quieren acogerse a él y seguir cobrando o prefieren ir al concurso de acreedores y ver qué pasa. Los inversores exigieron que la reducción salarial fuera aceptada por todos o no seguirían adelante», indica Brezmes. La reducción salarial afectaría sobre todo a los empleados nuevos y a los de mayor antigüedad, que están en la planta de Toro. El principal escollo de la negociación es el salarial: se acusa a los empleados de la planta de Venta de Baños de tener un salario un 29 % superior al de otras plantas.
Quejas y reclamación de una solución urgente
La secretaria de Acción Sindical de UGT-FICA en Castilla y León y portavoz de la organización en Siro, Sandra Vega, lamenta que hayan estado siete meses negociando el plan de competitividad de la empresa, que al final parte de la plantilla no lo haya aceptado y el inversor haya decidido marcharse. La decisión deja a la compañía en una situación muy complicada: «La solución llegará en días. Si no se revierte, iremos a un concurso de acreedores que normalmente termina en liquidación», afirma. Con ello se irían al paro los 1.300 empleados que trabajan en las fábricas ubicadas en Aguilar de Campoo, Venta de Baños y Toro.
Vega se queja de que la Junta no haya convocado a los sindicatos a la reunión que mantendrá Fernández Mañueco con los alcaldes de las localidades afectadas, e incide en la necesidad de que todos se movilicen para evitar el fatal desenlace de la compañía.
Desde la Junta apuntan que las reuniones se están intensificando y harán todo lo que esté en su mano.