Crisis energética ¿Se arreglará nuestra relación con Argelia? Los expertos no lo ven claro
Cuestiones geopolíticas y falta de habilidad diplomática son de momento claros elementos en contra
El economista Lorenzo Bernaldo de Quirós nos expresaba su opinión hace unos días: «Si los argelinos nos cortaran el suministro de gas, tendríamos problemas de suministro energético sí o sí. Que lo hagan o no, no lo sé. Siempre pueden argumentar problemas técnicos, que no llegue el gas y que España recurra al arbitraje internacional. La solución llevaría tiempo, y no hay capacidad para sustituir a corto plazo un hipotético corte de suministro del gas argelino; tampoco por parte de Estados Unidos. La situación es difícil».
Por fortuna, los hay más optimistas. El presidente del Círculo de Comercio e Industria Hispano-Argelino (CCIAE), Djamal-Eddine Bou Abdallah, aseguraba ayer en El Debate que el bloqueo de Argelia a los productos españoles se solucionará en breve.
Entrevista | Djamal-Eddine Bou Abdallah (CCIAE)
Los empresarios hispano-argelinos: «El bloqueo a España se levantará en los próximos días»
Sobre la cuestión del gas, el experto del Real Instituto Elcano Gonzalo Escribano recalca que la solución no es tan fácil como que Argelia decida de un día para otro cortar el suministro: «En los contratos hay unos límites sobre el corte del suministro y sobre la elevación del precio. Aunque vaya a subir, no se puede multiplicar por tres. Las cantidades de gas que se suministran están recogidas en contratos firmados hasta los años 2031-2032. Pueden aducir una causa de fuerza mayor para el incumplimiento, pero tendrán que probarla: se iría a un arbitraje que podría acabar en una indemnización importante. No saldría gratis, tampoco para su reputación como proveedor».
Escribano no cree que vaya a haber un problema de suministro de gas en invierno, como han dicho algunos. Otro de los expertos consultados, un catedrático de Nuclear con experiencia política que prefiere permanecer en el anonimato, lo duda más: «A Argelia no le hace falta perentoriamente el dinero. Qatar o Bahrein lo necesitan para pagar las grandes inversiones que están realizando, como la del campeonato del mundo del primero. En Argelia la población vive pobremente. Apenas hay inversiones; la sociedad es muy cerrada; admite menos dinero en el país». Este experto apunta además como potencial factor desestabilizador la cercana relación de Argelia con Rusia y la posible pretensión del país de Putin de ahogar la economía alemana y europea. Como elemento añadido, en el otro extremo, este experto incide en el marco que le comentan unos antiguos colegas de su trabajo en la Unión Europea: la cuestión personal de Pedro Sánchez con el software israelí Pegasus, la creciente relación de los israelíes con los marroquíes tras haber caído en desgracia con Obama y haber vuelto a coger protagonismo con Trump (hoy en día hay un vuelo directo entre los dos países; antes no lo había), y lo que pueda haber surgido de esa relación entre el Mosad que lo sabe todo y el servicio de inteligencia marroquí.
De este cóctel podría salir un corte de suministro, pero si lo hace, tanto Escribano como nuestro catedrático anónimo coinciden en que tenemos la solución: seis plantas regasificadoras, más que nadie en Europa. «Para nosotros es una tranquilidad. Alemania no las tiene, por ejemplo», señala Gonzalo Escribano.
Si se produjera un corte de suministro, España podría recibir el gas a través de los buques metaneros y redistribuirlo por las regasificadoras en lugar de obtenerlo a través de gasoducto, como ahora se hace con Argelia. Saldría más caro, pero sería una solución. Nuestro catedrático anónimo añade que los cientos de metaneros que transportan gas por el mundo (son unos 600) pueden navegar más rápido (de 8-10 nudos pueden pasar a 15-20) y descargar el gas a mayor velocidad (en dos días en lugar de en una semana), de modo que se acelere su llegada. También piensa que España podría intentar fabricar metaneros a través de Navantia, ya que la mayoría de estos buques son hoy coreanos, y que incluso se podría impulsar un Perte (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) que por ejemplo reactivara la producción en la Bahía de Cádiz.
Los problemas pueden ser importantes con Argelia, pero también tienen solución. En cualquier caso, a Gonzalo Escribano le preocupa menos el corto plazo, en el que no ve peligro, salvo que se produzca una causa mayor, que un largo plazo en el que no podamos trabajar en el terreno energético con Argelia. Confía en que los expertos diplomáticos puedan encauzar la situación, aunque reconoce que la volatilidad política es un gran obstáculo.