Pobreza disparada
Cines vacíos y miseria: las sanciones a Rusia ya tienen efecto en las calles
Las ciudades rusas empiezan a sufrir las consecuencias, nadie va a los comercios y los concesionarios cierran porque no tienen coches
Poco a poco se empieza a vislumbrar la realidad de Rusia más de tres meses después de invadir Ucrania. Las sanciones que ha impuesto Europa ya se han filtrado por todos los poros de la sociedad rusa hasta llegar a los ciudadanos.
Por mucho que se hagan grandilocuentes avisos sobre importantes sanciones a Putin, hasta que el efecto no llega al bolsillo y afecta al día a día, no hay alarma. Y ese momento ha llegado aunque las alarmas siguen apagadas. Es complicado enterarse de lo que pasa por las calles de Moscú porque el aparato mediático de Putin se encarga de limpiar la sangre que derrama.
The Times se hace eco de la grave crisis que azota al país con un paseo por las calles. Esa realidad es la que cuenta como los niveles de pobreza se han disparado. Los lujosos centros comerciales de la primera etapa de Putin en el poder se han convertido en lugares vacíos a medida que Apple, Adidas, Zara o Prada han cerrado sus tiendas.
El Hollywood ruso
En esos centros antes se estrenaban las mejores películas de Hollywood, ahora no llegan las cintas y el Kremlin sueña con convertirse en una máquina de rodaje para superar en meses a una industria que lleva 100 años en pie. De los 145 millones de entradas que vendían al año ahora se han quedado en el 20 % porque las películas occidentales dobladas al ruso no cruzan la frontera. Han pedido un rescate de 100 millones de euros que el Gobierno les ha negado.
Los dueños de las salas ya apuntan a que tendrán que reconvertir sus salas en pistas para jugar al tenis o al frontón si no hay una solución rápida. Lo dicen con la pena justa de quienes tienen que apoyar a su país en la invasión de Ucrania por obligación o por devoción mientras ven cómo se hunden sus negocios.
Putin dijo que las empresas que han cerrado en Rusia «lamentarían» la decisión porque son un país con «enormes oportunidades». Eso lo dijo una vez que Europa pusiera fin a sus relaciones comerciales. Solo les queda China para mantener abiertas sus puertas a la moda y la ley que permita al gobierno incautarse de las empresas occidentales para hacerse cargo de las operaciones y volver a abrir los comercios como ha pasado con McDonald's.
La aviación pasa por un momento complicado. Rusia no importa aviones y Moscú dice que en cinco años estarán operando naves construidas en el país, algo que nadie se cree. Las operadoras no levantan la voz, aunque sus destinos son nacionales y unos pocos internacionales lo que conlleva a pérdidas millonarias. Por no hablar del 1 % de graduados en escuelas de vuelo que tiene trabajo en Rusia y no tiene que abandonar el país como el otro 99 %.
El PIB de Rusia se reducirá un 11 % en 2022 y hasta el propio Banco Central Ruso pronostica que será del 7,5 %. Un pilar importante de la economía es la venta de coches. Los concesionarios no tienen stock y han perdido el 80 % de las ventas. No llegan coches ni piezas y lo que hay ha subido un 50 % el precio.
Si el presente es negro, el futuro será peor. Las fugas de cerebros se multiplican y los nuevos ingenieros abandonan en masa el país una vez licenciados. Lo hacen para buscar trabajo y mejores oportunidades junto a los 15.000 millonarios que también han decidido cruzar la frontera para no volver nunca más.
Es la realidad de Rusia tres meses después de la guerra. Putin decidió invadir Ucrania y sembró la miseria en su país.