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El presidente de Azerbaiyán, Ilham AliyevGTRES

Precio del gas

Los países que más ganan con la crisis del gas que arrastra Europa

La ruptura del mercado del gas en Europa agita las relaciones comerciales. Varios países productores de energía hacen caja de los planes de desconexión de Rusia

El estallido de la crisis del gas, fruto de la guerra en Ucrania, ha dado un vuelco en el tablero de las relaciones comerciales. Los cortes aplicados por Rusia a los principales países comunitarios, y la desbandada de estos a otros mercados en busca de alternativas, han disparado el precio del gas que este martes marcaba un nuevo máximo –en su referencia europea– al superar los 125 euros/MWh. Pero ¿Quiénes son los países que más están ganando con la crisis de la energía que está azotando a la Unión Europea?

La búsqueda de suministradores alternativos ha provocado la firma de alianzas inéditas. La mayoría de los países productores de gas están obteniendo unos ingresos extraordinarios gracias a la ampliación de contratos. Sus gasoductos o buques metaneros han comenzado a trabajar al máximo de su capacidad.

Azerbaiyán, el oportunista

Ilham Aliyev, presidente de AzerbaiyánEFE

La conexión de Azerbaiyán con Italia, a través del gasoducto Transadriático, ha otorgado al país del Cáucaso un papel protagonista en la crisis del gas. Bakú se ha convertido en uno de los salvavidas de Roma, que durante los últimos días ha visto como Moscú reducía sus envíos del gas, del que Italia es altamente dependiente.

Vendemos gas a varios consumidores, pero Europa es quién paga el mejor precioIlham Aliyev, presidente de Azerbaiyán

A través del corredor Sur, la exrepública soviética ha ampliado la capacidad máxima de la tubería por la que envía energía a Europa. La ha incrementado de 16.000 millones de metros cúbicos, a más de 20.000. El Gobierno azerí ha duplicado la potencia de sus exportaciones a Italia, convirtiéndose en uno de sus principales proveedores.

Las palabras del presidente del país –el pasado mes de mayo– lo dicen todo. «Vendemos gas a diferentes consumidores, pero es precisamente Europa quién paga el mejor precio», aseguró Ilham Aliyev.

Qatar, la dependencia a largo plazo

El emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Zani, visita EspañaEFE

El pasado 18 de mayo, el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, visitó España. Fue tan solo una de las paradas de su gira por Europa. Allá donde fue, el qatarí firmó un acuerdo. El país fue señalado como una de las principales fuentes alternativas al gas ruso por el presidente de EE.UU.

El propio Joe Biden allanó camino hacia el acuerdo que ha resultado en un incremento de las ventas de gas de Qatar a la Unión Europea. «Esta visita viene a fortalecer estas relaciones en todos los ámbitos, tanto a nivel institucional, gubernamental, parlamentario, pero también popular», dijo Al Thani durante uno de los actos celebrados en mayo en el Senado. La misiva qatarí cerró un aumento de las exportaciones de gas a España, que empezarán a ser visibles en el próximo boletín publicado por Enagás correspondiente al mes de junio.

El emir firmó varios acuerdos a lo largo del viejo continente. Otro de ellos le llevó a Berlín, donde acordó el despliegue de envíos de gas natural licuado (GNL) a Alemania a medio y largo plazo.

Noruega, el socio fiable

Jonas Gahr Store, primer ministro noruegoEFE

Desde el inicio de las hostilidades entre Rusia y Ucrania se señaló a Noruega como la gran esperanza de Europa para librarse del gas ruso. Más en concreto, el país del norte se presentó como el gran proveedor de Alemania. Berlín está sufriendo un recorte de los envíos del gas procedente de Moscú, que ha limitado la capacidad de Nord Stream I, su principal gran tubería de conexión.

Noruega lleva tiempo jugando un papel importante en el abastecimiento energético de Europa. En 2021, Oslo fue una de las principales fuentes de envío de gas a la Unión Europea. Está previsto que, a lo largo de este año, la capacidad se incremente. Aunque es limitada, la cercanía y sintonía con la UE ofrecen garantías a los países comunitarios. El país suministra a Reino Unido a través de Langeled, una de las tuberías submarinas más largas del mundo. Además, cuenta con conexión planificada con Polonia y Dinamarca, a través del gasoducto Baltic Pipe, que podría enviar 10.000 millones de metros cúbicos anualmente.

Noruega es –junto a Estados Unidos– uno de los proveedores más fiables para Bruselas. Todo ello –unido al repunte de los precios en el mercado– ha llevado al país a proyectar unos beneficios extraordinarios a lo largo de este 2022.

Argelia, el gas como arma política

Abdelmadjid Tebboune, presidente de ArgeliaEFE

En la crisis diplomática por la que atraviesan España y Argelia, el país magrebí cuenta con 'As bajo la manga'. Argel es el segundo mayor proveedor de gas de España. Durante las últimas semanas el país del norte de África ha roto tratados y relaciones comerciales con Madrid. Saben que pueden hacerlo. El acuerdo de suministro de gas es vital para España, y se sigue negociando ocho meses después.

Fuentes cercanas a las reuniones en las que se debaten los términos de las condiciones, reconocen a El Debate que Argelia va a indexar el precio de venta al mercado europeo. La intención supone un importante incremento del coste que deberá comenzar a asumir España, si es que se alcanza el acuerdo.

Argelia ha cerrado con Italia un incremento de las ventas de gas

Además, la cercanía geográfica y la red de gasoductos que parten del corazón de Argelia han hecho que el país magrebí haya firmado un incremento de las ventas a Italia, que comenzará a importar gas argelino a mayor ritmo y a un mayor precio.

Estados Unidos, el escudo que amortiguó el golpe

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, camina en la Casa BlancaEFE

Estados Unidos se ha convertido en el gran mercado de gas de Europa. En apenas unos meses, Washington se ha convertido el principal proveedor de países como España. Nuestro país ha comprado a EE.UU. el 35,4 % del total del gas importado en lo que va de año.

El país norteamericano ha amortiguado el primer impacto de la guerra energética iniciada por Vladimir Putin. Pero lo ha hecho a un alto precio. Los buques que cada día han atravesado el Atlántico con destino a las costas europeas implican un alto coste. La infraestructura necesaria para enviar GNL, desde un lugar tan lejano, han disparado los precios de las importaciones, dejando grandes beneficios para las empresas estadounidenses.