La sandía y el melón, convertidos en manjares por culpa de la inflación

En los últimos años hay una tormenta perfecta para todo, una serie de sucesos que provocan una hecatombe. En el caso de la inflación es algo parecido a la pandemia. No hay vidas en juego, pero sí dramas para muchos negocios y familias que ven como los márgenes de precios o ahorros se reducen a la nada.

El verano de 2022 deja otra tormenta para las dos principales frutas de esta época. Productos de lujo al alcance de muy pocos. La sandía y el melón tienen precios prohibitivos y las quejas no tardan en llegar en las fruterías porque cada verano es un poco más caro comer fruta de temporada.

Sandía

El precio de esta fruta ronda los cinco euros la unidad y llega a los siete en el caso de la rayada. Cada kilo de sandía tiene un precio de 0,69 euros según el Observatorio de Precios y Mercados. El año pasado el precio fue de 0,31 euros el kilo. En 2019 llegó a 0,49; 0,30 en 2018 y podemos encontrar el mínimo desde que existen registros en 2003 a 0,20 euros.

Si ajustamos un poco más podemos ver cómo en julio de 2022 se ha llegado a pagar el kilo de sandía a 0,93 euros el día 16. En 2021 su pico fue de 0,77 el 21 de julio y en 2020 de 0,52 el 17 del mismo mes.

Hay que tener en cuenta que estos precios suben antes de la venta al público con precios por kilogramo desde 1,30 a 1,70 euros.

Las cosechas tempranas se vieron afectadas por las lluvias de marzo y abril. Esa situación ha provocado que estas frutas no hayan entrado en el mercado hasta ahora cuando se espera que empiecen a bajar los precios. Además, las altas temperaturas han provocado una demanda aún mayor.

Melón

El melón vive semanas nunca vistas. Su precio es de 0,90 euros el kilo en 2022. A 0,40 euros estaba en 2021 y a 0,56 en 2019. Sus mínimos también se remontan a 2002 cuando cotizaba a 0,31 euros el kilo.

El precio en tienda del melón se sitúa en unos dos euros el kilo, en algunos casos hasta tres por lo que una unidad de tres kilos puede costar entre siete y ocho euros.

«La demanda es grande y hay poco producto», explica una de las vendedoras del Mercado de Valencia, quien ha apuntado que la olas de calor han provocado la destrucción de muchas matas de sandías. «Los clientes se quejan por la subida del precio, pero nosotros también gastamos el doble de luz y gasolina, está subiendo todo», apunta.

«Llovió mucho durante la plantación y se ha producido poco», ha subrayado y espera que los precios se lleguen a estabilizar el resto del verano con la llegada de una mayor producción de esta fruta en la Comunidad Valenciana que todavía no se ha distribuido.