El IPC se disparó en junio hasta el 10,2 %, su nivel más alto en 37 años

Los precios se desbocaron en junio, empujados por la espiral desatada por la crisis de la energía. El IPC cerró el sexto mes de año en el 10,2 %, arrastrado por el encarecimiento de los carburantes y el precio de la electricidad. La 'excepción ibérica' no logró -durante sus primeros días de rodaje- combatir el efecto de la primera ola de calor y la sobredemanda francesa que ha obligado al sistema español a acudir a las centrales de ciclo combinado más ineficientes y caras.

El empuje de los precios de la energía contaminó a otros productos clave en la cesta de la compra. La OCU denunció este martes que los hogares han sumado 830 euros a su gasto anual, fruto de la escalada de la inflación sólo en productos del supermercado. Destaca -según los datos difundidos por el INE- el incremento de los precios de los hoteles, cafés y restaurantes, superior al del pasado año.

Los pronósticos para los próximos meses apuntan a un incremento superior en el índice de precios. El posible corte definitivo de gas ruso ha disparado los futuros del gas, lo que anticipa un encarecimiento aún mayor a lo soportado hasta ahora. De hecho, la cotización de la energía ha pulverizado récords en esta primera mitad de julio, en la que una nueva ola de calor ha llevado al mercado mayorista de la luz a superar los 300 euros/MWh en repetidas ocasiones.

En vista de ello, el Gobierno anunció ayer nuevas medidas de contención del impacto de la inflación. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, anticipó la aprobación de dos nuevos impuestos a los beneficios extraordinarios de energéticas y banca. Un medida -que si no se diseña con precisión cirujana- podría terminar recayendo sobre los hombros de los consumidores.

En paralelo, Moncloa ha activado un plan de ahorro energético. Un documento que incluye la bonificación del 100 % de los billetes multiviaje de Cercanías, Rodalies y Media Distancia de Renfe. El objetivo es reducir la demanda de carburantes entre los meses de septiembre y diciembre, los que podrían ser los más duros dentro de esta crisis de la inflación.

Una tormenta de precios que será difícil de atravesar. El IPC subyacente -que descuenta los elementos más volátiles como la electricidad o los alimentos- sigue disparado. En junio alcanzó el 5,5 %. Se trata de un dato de inflación estructural que da pistas sobre la duración de la brecha entre el coste y el poder adquisitivo.