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El senador estadounidense Bernie Sanders saluda a Yolanda Díaz, este miércoles, en WashingtonEFE/ Gabinete De Comunicación Ministerio De Trabajo Y Economía Social

Gira por EE.UU.

Yolanda Díaz resucita a Bernie Sanders, el filibustero que no pudo con Bush

La vicepresidenta se reúne con uno de los políticos más 'socialistas' de la escena estadounidense

Era de esperar que Yolanda Díaz subiera el nivel de sus reuniones en la gira que ha comenzado por Estados Unidos en relación con la excursión de Irene Montero de hace unas semanas. La vicepresidenta viaja más por estrenar su nuevo papel como líder de Sumar que por estrechar lazos con la primera potencia mundial.

Ha sorprendido que la primera reunión que ha mantenido Yolanda Díaz sea con un tipo tan peculiar como Bernie Sanders, actual Senador del estado de Vermont y un habitual de la escena demócrata en Estados Unidos.

Sanders vs. Clinton

A sus 80 años, Sanders es recordado por intentar ser presidente de Estados Unidos por el Partido Demócrata en las elecciones de 2016. Un político que siempre se ha definido como socialista en un país donde esa ideología no se maneja igual que en Europa y con un pensamiento claramente progresista en temas como el aborto o el matrimonio.

Aquella aventura para entrar en la Casa Blanca acabó en que el Comité Nacional Demócrata puso todo tipo de zancadillas a su candidatura para darle el poder a Hillary Clinton en unas elecciones históricas que acabó ganando Donald Trump.

Las bravuconadas de Sanders en la política le han llevado a criticar la Ley Patriota o al presidente de la Reserva Federal de entonces, Alan Greenspan por «defender a los ricos». La Yolanda Díaz más antisistema, fruto de su liderazgo comunista, le hacen sintonizar bien con Sanders.

Uno de los momentos de mayor bochorno fue cuando Sanders fue nombrado senador con el apoyo, entre otros, del senador Barack Obama en 2006, en la que se denominó la campaña más cara en la historia de Vermont.

Filibusterismo

En plena crisis de 2008, Sanders torpedeó las soluciones que el Departamento de Tesoro y los bancos aportaban para paliar los problemas económicos, hasta el punto de utilizar la técnica del filibusterismo para evitar leyes contra el alivio de impuestos.

Bernie Sanders dio un discurso de más de ocho horas para tratar de impedir la reautorización del seguro de desempleo, la creación de puestos de trabajo y la bajada de impuestos que proponía la Administración Bush.

Aquel discurso se editó en 2011 y los derechos de venta del libro fueron entregados a organizaciones de caridad de Vermont. Fue lo único que consiguió el veterano político tras un desgaste extremo entre las 10:35 y hasta las 19:00 cuando cedió la palabra. En medio, pasó el turno dos veces durante 45 minutos a dos compañeros de partido a los que tuvo que interpelar, pero Sanders no pudo sentarse, comer, ni ausentarse al baño, solo bebió pequeños sorbos de agua.

Fue tal el éxito del momento que hasta Clinton y Obama acudieron para secundar la propuesta de Sanders de evitar la extensión de rebaja de impuestos.

Algo nunca visto en dos décadas, aunque ya se había llevado a cabo en más ocasiones anteriormente. Una suerte de obstruccionismo permitido por la ley ya que no hay tiempo límite fijado siempre que el orador no se detenga. La iniciativa de Sanders no llegó a parar las propuestas, aunque los expertos dicen que se utilizó para ganar popularidad de cara a unas futuras elecciones.

Récord de 83 días

La aprobación de la Ley de Derechos Civiles, que acabó con las normas racistas y segregacionistas, mantuvo 83 días de discursos, aunque se acabó aprobando el 19 de junio de 1964.

Sanders y Díaz tienen muchas cosas en común. De momento, en España el tiempo para disertar en el Congreso está limitado, pero el político tiene posturas a favor de la ausencia por maternidad, la distribución de la riqueza, la especulación en Wall Street, la inmigración o el cambio climático muy parecidas a las de la vicepresidenta del Gobierno.

Sin duda, la visita vuelve a poner en el foco de la actualidad política al que fuera líder de la Liga Socialista de la Juventud en sus tiempos de estudiante, el eterno Sanders.