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El servicio en el AVE se está deteriorando a pasos agigantadosRenfe

Tensión en el verano

Caos en el AVE: colas, retrasos y quejas de los usuarios

La sala de espera del AVE en la estación de Atocha de Madrid estaba el viernes atestada de gente. El acceso a trenes como los destinados a Barcelona o a Málaga mostraba colas considerables y retrasos en sus salidas. Lo mismo ocurría este pasado domingo en la estación María Zambrano de Málaga. Los pasajeros aguardaban más de media hora antes de la salida de su tren para entrar en él con tranquilidad. Tuvieron que esperar en la cola soportando el calor de estas fechas hasta que les dejaron entrar diez minutos antes de la salida del vehículo.

Renfe ha subido el precio de sus billetes del AVE, pero a sus clientes los trata cada vez peor. Lo admiten en la propia empresa: «Está todo manga por hombro», señala el representante del personal de servicio del AVE de Unión Sindical Obrera (USO). En los servicios de restauración ya están dos personas cuando llegó a haber hasta seis, no hay maquinistas suficientes y no contratan más, los empleados de limpieza han recibido órdenes de hacer su trabajo en la mitad de tiempo... Tampoco hay interventores suficientes, algo que ha originado problemas importantes. Los AVE se están convirtiendo en lugares de problemáticas despedidas de soltero. «Viajan a lo mejor cinco o seis personas sin mascarilla, bebiendo y sin responsables en el tren que les llamen la atención. Es normal que los viajeros se hayan quejado», indica el portavoz de USO. Según indica, incluso Renfe tuvo que avisar a la Policía el fin de semana pasado.

La falta de plantilla suficiente parece ser la principal causa del creciente deterioro del servicio. Durante algunos años no se ha repuesto el 100 % del personal (recientemente sí) y ha habido bajas, en buena medida por las largas jornadas de trabajo, de hasta 15 horas. Según el sindicalista de USO, los problemas arrancaron tras reactivarse el servicio una vez levantadas las restricciones de la pandemia. Se redujeron costes en la adjudicación de las contratas. En el caso del personal de servicio de los AVE, el contrato disminuyó de 460 millones de euros a 211 millones. Como consecuencia, la exigencia del servicio se ha reducido, tanto en la venta de comida durante el viaje con los carritos como en la resolución de dudas de los viajeros, entre otras cuestiones. «El servicio de calidad ya no existe. Se monta a la gente como animales», señala el representante de USO.

El malestar afecta al personal externo y contratado de Renfe (servicio a bordo, venta de billetes, limpieza...) y también al interno. Los maquinistas desconvocaron una huelga porque les dijeron que iban a contratar más, pero no se ha cumplido la promesa.

El representante de USO lamenta que «Renfe no nos escucha». La secretaria general del Sector Ferroviario de Comisiones Obreras, Pepa Páez, también admite que hay problemas: «No recordaba que hubiera habido tantas incidencias como las ocurridas en esta primera ola de calor». De hecho, ha habido muchos problemas recientemente con el aire acondicionado. Al parecer, los aparatos no podían soportar temperaturas tan altas y se han producido problemas técnicos. Entre los más graves, ha estado un tren en el que seis vagones se quedaron sin aire acondicionado. Hubo que cambiar el tren y se produjo el consiguiente retraso.

Según Páez, hay problemas con el mantenimiento de los trenes, que ya van teniendo unos años, y con el personal. «El servicio se está deteriorando por la falta de plantilla», asegura.

Renfe se defiende diciendo que está sujeta a Hacienda y a los Presupuestos Generales del Estado. En la actualidad se está trabajando en el nuevo convenio colectivo de la compañía. Páez asegura que el descontento aún no llega como para convocar una huelga en agosto. En septiembre-octubre podría producirse si no consiguen llegar a un acuerdo.

Renfe dice que la plantilla está ajustada al servicio que presta

Renfe señala que cuenta con una plantilla ajustada al servicio que presta. «Como empresa pública gestionamos recursos públicos y no podemos tener plantillas sobredimensionadas que lo único que harían sería incrementar costes a la ciudadanía», indican.

Afirman que en los servicios de Alta Velocidad están recuperando todos los servicios y, aunque la flota de Renfe no ha aumentado desde 2019, sí lo han hecho las relaciones ferroviarias: «La apertura de nuevas líneas de alta velocidad como Orihuela, Ourense o Burgos implica que la compañía tenga que redistribuir los recursos existentes, también en relación al material, mientras se incorporan a la flota los nuevos trenes S106. La entrega de las primeras unidades estaba prevista para enero de 2021, y desde la empresa constructora no se ha fijado ninguna fecha de entrega».

Los nuevos trenes, aseguran, hubieran permitido mejorar considerablemente la oferta de Renfe en todo el ámbito AVE-Larga Distancia; por ejemplo, los servicios entre Madrid y Santiago de Compostela, A Coruña y Vigo; que hubiera mayor número de frecuencias, mayor oferta de plazas y reducción de tiempos de viaje en algunos recorridos.

«La cuestión es que, con más líneas (Madrid-Orihuela desde febrero de 2021, Madrid-Ourense desde diciembre de 2021 y Madrid-Burgos desde julio de 2022) y sin los trenes nuevos de Talgo, sólo podemos prestar una media del 82 % de los servicios que prestábamos en 2019 en, por ejemplo, Madrid-Sevilla, Madrid-Málaga, Madrid-Valencia, Madrid-Alicante, Madrid-Zaragoza-Barcelona y Madrid-León», dicen.

Renfe continúa la formación y habilitación de los nuevos maquinistas para sustituir a los que se han ido jubilando. Esta formación se vio ralentizada por la pandemia, pese a mantenerse la Oferta Pública de Empleo en los años 2020, 2021 y 2022.

Según las previsiones, Renfe asegura que alcanzará este año los 5.720 maquinistas en su plantilla, la cifra más alta desde que se aprobó el Plan de Empleo en 2016, y podrá recuperar el conjunto de los servicios que había antes de la pandemia cuando se complete su formación y homologación.