El Gobierno aprobará medidas más restrictivas de ahorro energético en septiembre

El Gobierno aprueba el catálogo de medidas con el que España hará frente a la crisis energética que se desatará durante el próximo invierno. El texto es fruto de las reuniones que la ministra de Transición Ecológica ha ido manteniendo con empresas y asociaciones. El objetivo –doble– busca reducir un 7 % el consumo energético y auxiliar a los países más castigados por el corte de gas ruso. «Las medidas aprobadas son similares a las que han aplicado otros países de nuestro entorno», dice Alejandro Labanda, director de Transición Ecológica de Bebartlet.

El catálogo de medidas incluye un tope de los termostatos tanto en invierno como en verano. Edificios públicos, establecimientos y centros comerciales, hoteles, cines y estaciones de tren, autobuses y aeropuertos, no podrán tener el aire acondicionado a menos de 27 grados, o la calefacción a más de 17. Para controlarlo, deberán instalar paneles donde se pueda consultar la temperatura.

A ello, se suma el apagón de escaparates, monumentos y edificios a partir de las 22 horas, el cierre de las puertas de los establecimientos y la revisión de las calderas. «Son medidas acertadas que van a conseguir un ahorro inmediato», afirma Labanda.

Las normas aprobadas este lunes son tan solo un pequeño adelanto del texto que el Ejecutivo aprobará el próximo mes de septiembre. «El Gobierno da la señal de que se avecinan meses de alta actividad legislativa en cuestiones de ahorro energético», apunta el experto en Transición Ecológica que anticipa «muchas más medidas» incluidas en el plan de contingencia que será enviado a Bruselas.

España, muy expuesta a Argelia y Estados Unidos

Menos expuesta al a gas ruso, España ha fiado una quinta parte de su suministro a Argelia. El país magrebí exporta más del 20 % del total del gas importado por nuestro país. El inminente corte de la energía rusa añade aún más valor al gasoducto Medgaz, cuyos términos siguen negociándose entre la española Naturgy y la argelina Sonatrach.

Desde el viraje del Gobierno español en su postura sobre el Sáhara, las relaciones con el país del norte de África no han hecho más que enturbiarse. Argel ha desautorizado –durante las últimas horas– a la patronal bancaria que envío la pasada semana una carta pidiendo el restablecimiento de las relaciones comerciales con Madrid.

Sin embargo, la principal fuente de suministro española sigue siendo Estados Unidos. El país norteamericano envió el 30 % de todo el gas recibido. Los expertos consultados por El Debate estiman complicado que Washington pueda mantener el nivel de envíos durante el 2023. Todo ello pondría en aprietos a España que deberá buscar fuentes alternativas de gas en un mercado agotado por la caída de la oferta.