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Montaje: Nadia Calviño, ministra de EconomíaPaula Andrade

Malas perspectivas

Más nubarrones para Calviño: frena el crecimiento económico, cae el gasto de las familias y se hunde la confianza

Nuestros datos son peores que en otros países comparables, aunque la situación es mala a nivel global

Los últimos días se han publicado varios datos que alimentan las malas perspectivas de la economía española. Uno de ellos tiene que ver con el crecimiento económico. El Indicador Compuesto Adelantado de la OCDE para España se ubicó en julio en 98,92 puntos, 28 centésimas menos que en julio. La media de la OCDE se situó en 99,18 puntos, 22 centésimas menos que en junio. El parón afecta a todos los países desarrollados, pero en España repercute de una manera más intensa.

Un indicador por encima de 100 hubiera implicado un crecimiento superior a la tendencia en los seis próximos meses. Un indicador inferior marcaría un menor crecimiento o una contracción. Los 98,92 puntos de España le sitúan por debajo de esa barrera, en el puesto 19 de los 33 que conforman la lista de la OCDE, y por debajo de grandes países desarrollados como Japón (100,48 puntos), Alemania (99,12) y Estados Unidos (99,03). Está por delante, sin embargo, de Italia (98,69) y Francia (98,1), entre otros.

La OCDE utiliza para elaborar sus indicadores adelantados una combinación de datos como el del empleo, que en julio fue especialmente malo en España (se destruyó por primera vez desde que comenzó la serie histórica), o la compra de vehículos, clave en la medición del consumo (las matriculaciones han caído un 11 % hasta julio). La coincidencia de varios datos negativos hace pensar que el crecimiento económico no será positivo en el último trimestre, algo que por otra parte ha adelantado de algún modo la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, al decir que en otoño habrá bastante incertidumbre.

La confianza por los suelos

La OCDE también ha publicado el dato de confianza de los consumidores en la eurozona. Se ha situado en 92,9 puntos en julio, su tasa más baja desde noviembre de 2012, cuando estábamos en plena crisis. Nuestra tasa de confianza es la tercera peor de la eurozona. Tan solo estamos por delante de Letonia y Estonia.

El indicador de confianza, explica la OCDE, valora la evolución futura del consumo y el ahorro de los hogares. Se basa en las respuestas de los consumidores sobre la situación financiera en la que prevén estar y su impresión sobre la situación económica, el desempleo y la capacidad de ahorro. En esta ocasión señala que estamos peor que en otros países. Ningún país llega al índice 100, que reflejaría un aumento de la confianza de los consumidores, pero la mayoría muestra mejores datos. En el caso de España, los empresarios se muestran más optimistas, y en ellos el índice sí está por encima de 100.

La falta de confianza se refleja en buena medida en un menor gasto por parte de las familias. El Banco de España ha alertado sobre esta cuestión, que anuncia un frenazo en el consumo, componente básico en la economía.