Fundado en 1910

Antonio Turiel estima que es pronto para valorar las medidas del plan de ahorro energético.

Entrevista

Antonio Turiel (CSIC): «Si se raciona el diésel, que es algo de lo que ya se habla, puede montarse la de San Quintín»

Este experto sostiene que estamos ante una crisis energética «muy seria» y que la repercusión será mayor en otros países

Antonio Turiel es doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid. Trabaja como investigador científico en el Instituto de Ciencias del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ubicado en Barcelona. Es una de las voces que más está destacando en el análisis de las medidas de ahorro energético, y sobre ello le preguntamos.

–La ministra Teresa Ribera ha hecho balance esta semana de los primeros siete días de aplicación de las medidas de ahorro energético. ¿Qué le han parecido sus declaraciones y cuál es su análisis de cómo se está desarrollando el proceso hasta ahora?

–Como ella misma dijo, es difícil evaluar hasta qué punto la reducción de un 3,7 % de la demanda energética se ha debido a las medidas del Gobierno o a otros factores. Por otro lado, es poco significativo comparar dos semanas de agosto para detectar una tendencia. Hace falta un periodo más largo, porque de una semana a otra hay muchos factores que cambian. Por ejemplo, el hecho de que el día 15 fuera fiesta, a lo mejor la gente se iba de puente, las operaciones salida, llegada... Todo eso tiene importancia. Hay prisa por mostrar que las medidas son importantes, pero la realidad es que de momento el impacto no es significativo.

–¿Hay algún dato que le lleve a pensar que las medidas están funcionando o funcionarán más adelante?

–El impacto será pequeño. Hablamos de décimas a nivel de consumo de gas. Las medidas van dirigidas a reducir el consumo de gas, que Europa nos ha pedido que disminuyamos en un 7 %, pero la repercusión en este terreno será pequeña. Tampoco se pretende que sea mucho mayor. Estas son solamente las medidas iniciales. Se desarrollan por solidaridad con Europa, que ya aplica iniciativas de este estilo. Son medidas más bien de tipo pedagógico, para que los ciudadanos entiendan que esto va en serio y es importante. Creo que no hay que insistir demasiado en las cifras. Las reales son pequeñas a nivel de gas y ha transcurrido poco tiempo desde el inicio de aplicación.

–¿Le parece que son las medidas que había que aplicar?

–Creo que se está intentando hacer el menor daño posible a la economía. Se toman medidas que afecten poco a la industria. Por otro lado, estamos hablando de medidas de racionamiento. Hablamos de racionar, de reducir el consumo porque hay un problema muy serio de abastecimiento de gas que empieza antes de la guerra de Ucrania. Lo que ha hecho la guerra es agravarlo. El problema va a ser mucho mayor en otros países. España está bien abastecida de momento y la situación no es tan preocupante. Las medidas del plan de ahorro no tienen impacto económico real. Nadie compra a las diez de la noche. Da igual que apagues los escaparates. Y las limitaciones sobre la calefacción y el aire acondicionado son un poco molestas, pero no tienen un impacto económico real. Que con estas medidas se ponga el grito en el cielo... Cuando venga el siguiente paquete de medidas, la situación se pondrá más difícil. Si se raciona el diésel, que es algo de lo que ya se empieza a hablar, puede montarse la de San Quintín. Hay que entender que las medidas de racionamiento son antipáticas; tomarlas implica molestias y consecuencias económicas negativas.

–¿Hay que tomar esas medidas sí o sí?

–Vamos hacia una situación de descenso energético. Es inevitable. No va a ser hoy ni mañana, pero estamos ante una crisis energética muy seria. Hay un problema de abastecimiento muy serio en todo el mundo.