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El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, no ataja el déficit.

El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, no ataja el déficit.Eduardo Parra - Europa Press

Análisis económico

La Seguridad Social acumula un 108 % más de déficit desde que llegó Sánchez

Rajoy decía que tenía un superávit de 2.746 millones y el actual Gobierno posee unas pérdidas de 9.108 millones

Si hay algo que me gusta, aparte de comer bien, en buena compañía y regado con una buena botella de vino, es hacer comparaciones numéricas para calibrar la gestión de nuestros políticos. Es precisamente lo que gusta menos a todos los políticos: la comparación de los números colocados con la objetividad que estos te dan.

Nada hay más silencioso que un número y, en cambio, un conjunto de números sucedidos en diferentes épocas son auténticas cotorras, que no paran de hablar, de decirte cosas, de explicar si suben una cifras como los ingresos, porque los gastos tienen que subir más o subir menos. Es a partir de ahí que los datos se convierten en gargantas profundas que te llevan a poder valorar la gestión de quienes eran los responsables.

Hoy me voy a permitir analizar los ingresos y los gastos de la Seguridad Social en el último minuto de Mariano Rajoy como presidente, es decir, acumulado a mayo de 2018, y los mismos números cuatro años después de la llegada de Pedro Sánchez al poder.

Además, analizar la Seguridad Social desde el punto de vista de los ingresos es muy sencillo, porque el 99,9 % de los ingresos son solo dos partidas: las cotizaciones sociales que pagan los empresarios por sus trabajadores y los otros Ingresos corrientes, que es la trampa que tienen los diferentes gobernantes para tapar el déficit crónico de la Seguridad Social y dar la sensación de que la están gestionando correctamente.

Desde el punto de vista del gasto hay cinco conceptos que suman, si bien uno solo se lleva el 95 % de los gastos, que son las prestaciones sociales de la Seguridad Social: son, en definitiva, las pensiones en sus diferentes modalidades.

Los ingresos de la Seguridad Social en este período han crecido un 21,2 %, equivalentes a 13.653 millones de euros; las cotizaciones sociales han subido un 22,3 %, lo que implica que en valor absoluto lo han hecho 12.670 millones. Los Otros ingresos corrientes se han incrementado en 974 millones, produciéndose una subida del 12,8 %.

Aquí tenemos ya la primera de las incongruencias: a pesar del crecimiento de 12.670 millones de las cotizaciones sociales, el Gobierno socialista pasa de los 7.121 millones que mandaban los populares a los 8.125 que tiene que mandar el equipo de Escrivá.

El truco para equilibrar las cuentas de la Seguridad Social está en esta partida. El dinero que se manda para dar una cifra razonable de superávit, como le gustaba a Rajoy, o para que no se desmadre el déficit, que es como lo gestiona Sánchez y su equipo.

El gasto se incrementa en un 28,2 %, que equivale a 17.382 millones de euros.

Los salarios aumentan un 12,1 %, pasando de 935 millones a 1.048 millones. Gestionar la Seguridad Social en estos cinco meses cuesta a razón de 22,6 millones de euros más al mes; mucho dinero, si pensamos que la pandemia ha obligado a la digitalización de los servicios y que de los Fondos Next Generation ha ido mucho dinero precisamente para facilitar la utilización de las nueva tecnologías. Hoy todavía es prácticamente imposible conseguir una cita con la Seguridad Social para pedir explicaciones (y lo sé sin que me lo cuente nadie).

Las subvenciones, que generalmente van para mutuas que colaboran con la Seguridad Social, se incrementan en un 71,3 %, pasando de 863 millones a 1.478 millones en cinco meses, lo que equivale de nuevo a un incremento mensual de 123 millones de euros más al mes, que el equipo de Escrivá debería explicar.

Otros gastos corrientes es otra partida totalmente descontrolada. Ha pasado de 699 millones a 1.476 millones. Supone un incremento de 777 millones de euros, simplemente un aumento del 111,2 %, que equivale a un gasto mensual superior a 2018 de 155,4 millones más al mes.

Así que, sin contar todavía con las prestaciones sociales, en cuatro años de gestión socialista, los salarios, las subvenciones y los gastos corrientes se han incrementado en 1.505 millones en cinco meses, lo que equivale a que el Gobierno socialista se esté gastando 301 millones de euros más al mes por hacer lo mismo que se hacía con Rajoy, con la diferencia de que antes podías hablar con los funcionarios y aclarar problemas o dudas y ahora solo puedes hacerlo por la web. Es decir: no hay razón alguna para haber incrementado los gastos en este volumen.

Los 301 millones de gasto más al mes equivalen a 3.612 millones más al año. Con 3.600 millones se pueden hacer muchas cosas; entre ellas, reducir el déficit de la Seguridad Social.

Y, por último, las Prestaciones Sociales se incrementan en un 26,9 %, que equivalen a 15.795 millones de euros más en el equivalente a cinco meses. Suponen haber incrementado el gasto en 3.265 millones al mes, que anualizado va a suponer 39.180 millones más de gasto.

Algo muy serio ha pasado de la época Rajoy en la que el presidente decía que tenía un superávit de 2.746 millones, cuando en realidad tenía 4.375, a pasar a decir que tenemos un déficit de 983 millones cuando en realidad lo tenemos de 9.108 millones, lo que supone incrementar el déficit real en un 108,2 %.

Yo no voy a ser el que diga que Rajoy ha sido el mejor gestor de la economía de este país, pero lo que sí puedo decir es que estos son mucho peores que Rajoy de aquí a Lima.

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