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José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis EscriváGTRES

 La reforma de la nueva Ley de Extranjería supondrá la regularización de 550.000 migrantes

Las personas extranjeras que quieran obtener el permiso de residencia deberán acreditar que han firmado un contrato de trabajo

La reforma del Reglamento de Extranjería que persigue facilitar la incorporación de los extranjeros al mercado de trabajo entrará en vigor tras 20 días de su publicación en el BOE. La medida será de aplicación salvo en lo que se refiere a la eliminación de los artículos 97 al 102, referidos a la Residencia temporal y trabajo por cuenta ajena de duración determinada, que será de aplicación a partir del 27 de julio de 2023. La reforma puede afectar a 550.000 inmigrantes, que es la diferencia actualmente entre los extranjeros no comunitarios empadronados en España según el INE (3,85 millones) y los registros de permisos de residencia oficiales extracomunitarios con los documentos en regla (3,3 millones).

En cualquier caso, «por la propia naturaleza del fenómeno subyacente es imposible hacer una estimación (del número de afectados), que tampoco es el objetivo de la reforma. El objetivo es modernizar el modelo migratorio para que se propicie la migración regular y segura en toda circunstancia», explicó el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, este martes en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros del pasado 26 de julio.

Esta modificación pretende racionalizar y actualizar las figuras del arraigo social y laboral y por reagrupación familiar y crear una nueva figura de arraigo por formación, para permitir que migrantes que lleven dos años en España y quieran formarse en profesiones particularmente deficitarias, puedan hacerlo. Además, permitirá trabajar a los extranjeros con autorización de residencia por estudios.

Para poder acogerse a este arraigo por formación, la persona extranjera deberá comprometerse a realizar una formación reglada para el empleo, y aunque podrá formarse en el sector o profesión que desee –también será válida la formación ocupacional que imparte el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)–, tendrá más facilidades si lo hace en sectores donde hay más demanda de trabajadores.

Entre 1985 y 2005, tanto el PP como el PSOE regularizaron a más de 1,2 millones de extranjeros

El Ejecutivo no cree que este cambio provoque un «efecto llamada» con esta nueva figura del arraigo por formación, ya que la persona extranjera tiene que llevar residiendo al menos dos años en España y tiene que comprometerse y, posteriormente acreditar, un compromiso de formación.

Sí espera que ayude a «evitar la economía sumergida» y a cubrir las necesidades del mercado laboral, más aún teniendo en cuenta las «tasas de envejecimiento» de la población.

Por otro lado, con la reforma se corrige una «anomalía» que había en España, pues se va a «facilitar el trabajo al terminar sus estudios a 50.000 extranjeros»; y también se modernizarán los requisitos de acceso al trabajo autónomo, que eran «extraordinariamente complejos», según Escrivá.

Igualmente, se reformulará el catálogo de ocupaciones particularmente demandadas «para que se puedan generar contrataciones en origen en las situaciones que así lo justifiquen por la evolución del mercado laboral» y se «perfeccionará el modelo de migración estacional (circular)», todo ello acompañado de «una mejora en la gestión reduciendo trámites y haciendo que las cargas administrativas sean más razonables».

Trabajo y formación

Para facilitar la incorporación al mercado laboral de las personas que están en España, se realizarán tres modificaciones. En primer lugar, se mejora la normativa para favorecer la permanencia de los estudiantes.

La persona extranjera deberá comprometerse a realizar una formación reglada para el empleo

En este ámbito, los estudiantes podrán compaginar trabajo y formación, siempre y cuando sean compatibles con los estudios realizados y no superen las 30 horas semanales y se eliminen las restricciones a la incorporación de los estudiantes al mercado laboral tras la finalización de los estudios.

En segundo lugar, se actualizan las figuras de arraigo y de reagrupación familiar. En el caso del arraigo laboral, se crea una nueva modalidad de autorización que fomenta la figura del confidente y la lucha contra la economía sumergida. En cuanto al arraigo social, el contrato que se presente para solicitar la autorización no se valorará por su duración, sino por su adecuación al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

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