Entrevista
Lorenzo Bernaldo de Quirós: «El próximo Gobierno necesitará año y medio para enderezar la situación económica»
Este conocido economista liberal augura un final de año difícil y un 2023 preocupante
El gas, la luz, la inflación, el paro, las pensiones, las hipotecas… La recta final del año se presenta incierta en el plano económico. Para analizar hasta qué punto pueden llegar las dificultades, entrevistamos a Lorenzo Bernaldo de Quirós, economista y colaborador habitual en medios de comunicación. En la actualidad es presidente de la consultora Freemarket Corporate Intelligence. En el pasado ha ocupado, entre otros, los cargos de director de estudios económicos del Círculo de Empresarios y de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid.
–¿Cómo ve la situación económica de España de aquí a final de año?
–La dinámica de desaceleración de la economía es absolutamente clara. Creo que el crecimiento va a ser negativo en el último trimestre y que también va a serlo muy probablemente en el primer trimestre de 2023. Si se cumple el pronóstico, España entraría en recesión técnica. Pasaríamos de una situación de estanflación, que es la que tenemos ahora, a una recesión inflacionaria. La inflación no va a caer por dos razones fundamentales: primero, porque si nos creemos que el factor inflacionario fundamental está en los precios, la energía, etc, no va a caer; segundo, porque la política monetaria del Banco Central Europeo va por detrás de las expectativas de inflación. Tendría que ser mucho más dura de lo que es. El horizonte a priori es de un fin de año muy dramático desde el punto de vista económico. Hay muchas posibilidades de que ese escenario se prolongue en 2023, en el que la situación puede ser terrible.
–¿Cómo ve la actuación del Gobierno en este contexto?
–Está en plena fuga hacia adelante. Sus medidas no tienen nada que ver con la racionalidad económica: solo con el intento de mantener o consolidar la base social que le sustenta. El Gobierno va a seguir gastando, subiendo los impuestos en la parte que pueda, que es cada vez más marginal, e interviniendo la economía. El terreno de aquí a final de legislatura es de campo de Atila. Va a quedar un escenario estremecedor a quien suceda a este gabinete. No hay ninguna opción racional para contemplar una mejora de la situación y hay todos los elementos racionales para pensar que esto va a ir indiscutiblemente a peor.
–Recientemente se ha hablado de reducir el IVA del gas del 21 % al 5 %. Es una propuesta que había hecho el PP y que ahora ha aplicado el Gobierno. ¿Qué le parece?
-La bajada del IVA del gas no sirve para nada. Tiene un impacto absolutamente marginal. Es bastante ridícula. La subida de la recaudación por IVA refleja la subida de los precios del gas. Si quieres que el impacto sea menor sobre las rentas más bajas, haz transferencias directas, pero no distorsiones el precio del mercado. No creo que sirva para nada, y menos a las empresas, que tienen un IVA repercutido que luego se lo descuentan. En cuanto a los consumidores, se pueden encontrar con que si se descuenta el precio de gas, se aumenta la demanda. Entonces te encuentras con un problema de oferta, ante lo cual los precios no van a caer.
–¿Qué perspectivas ve en el empleo?
–La contrarreforma laboral, el choque de oferta y las expectativas negativas de los agentes indican que habrá sí o sí un aumento del desempleo sustancial. El Gobierno intentará camuflarlo como ha hecho hasta ahora con los ERTE, los fijos discontinuos… Vamos a tener un PIB que cae, una inflación que sube y un desempleo que va a crecer en los próximos trimestres. Es un escenario de tormenta perfecta, y muy desagradable.
–Y con las hipotecas subiendo.
–Creo que el BCE va a subir los tipos al 0,75 % a la vuelta del verano. El sentimiento mayoritario ahora en el BCE es el de los halcones: los que dicen que hay que endurecer la política monetaria. No veo ninguna opción de que la política de aumento de tipos del BCE vaya detrás de la curva de tipos y las expectativas. No va a ser factible, y por eso creo que la subida de tipos va a ser del 0,75 %, no del 0,50 %. Lo ha insinuado de modo bastante claro la consejera alemana del BCE, Isabel Schnable, en Jackson Hole.
–¿Cómo ve la situación internacional por el conflicto del gas? Parece que España puede jugar un papel importante.
–La transición energética planteada por la Unión Europea ha demostrado ser irreal en sus supuestos base. La importación de gas ruso tenía que funcionar como garantía del suministro y eso se ha quebrado con la guerra de Ucrania. Las renovables no son una alternativa a corto plazo para los combustibles fósiles. Todo esto ha llevado a Alemania a hacer dos cosas: en primer lugar, olvidarse del periodo de muerte de las nucleares; en segundo, buscar un flujo de gas que forme parte del circuito de gas europeo a través de las redes, y eso es la interconexión con Francia. No hay que olvidar que el Gobierno español se negaba hace un año a ampliar la interconexión de gas con Francia porque el gas estaba muerto y nuestra estrategia era ir a por las renovables.
–No somos los salvadores del mundo entonces.
–Es una estrategia fundamentalmente alemana. Nosotros tenemos un problema adicional. No solo es que Argelia se haya acercado a Italia tras nuestro movimiento con Marruecos. Francia se ha sumado a la pinza argelina. Va a ser muy difícil que España recupere su posición estratégica cuando Italia y Francia ya están de algún modo concertadas con ella. Por otra parte, la ampliación del MidCat no es inmediata. La obra llevaría uno o dos años. Ir de salvadores en este asunto es absolutamente suicida. Elegimos una estrategia de transición energética con un mix insostenible, que consistía en la búsqueda de prácticamente un 100 % de renovables en la generación. Nos hemos peleado con nuestro principal suministrador de gas barato que es Argelia y no hemos ampliado la moratoria de las nucleares. Nos hemos metido en nuestra propia trampa.
–¿Espera cortes de suministro?
–España no tendrá, salvo que lo corte Argelia. Tendremos una energía cara, pero no cortes de suministro. La cuestión es que no sabemos cómo será nuestra relación con Argelia. Tienen a Italia y a Francia como demandantes, y nosotros no tenemos alternativa a ellos fuera del gas licuado. Si Argelia actuara como ha hecho Gazprom con Alemania, diciendo que corta el tubo, tendríamos problemas.
–Quien tendrá problemas será Alemania.
–Sin duda. Estoy convencido de que Putin cortará el gas en otoño-invierno como arma de presión política. Ahí la pregunta será cuánto aguantará Alemania. Los rusos están jugando claramente a que la presión del gas lleve a la Unión Europea a aligerar su apoyo a Ucrania. En Europa hay tres problemas fundamentales: la recesión alemana; la situación francesa, que es terriblemente complicada, con un Macron que no tiene mayoría parlamentaria y con una paralización de 32 de sus 56 centrales nucleares por cuestiones de mantenimiento que no sabemos cuánto va a durar; y luego tenemos un escenario de incertidumbre política y económica en Italia, donde seguramente va a haber un Gobierno con Meloni, la Liga Norte y Berlusconi. El escenario europeo es muy complicado desde un punto de vista energético y político.
–Y el de Estados Unidos…
–Va a entrar en recesión y va a seguir en ella un tiempo. Complica enormemente el escenario: los americanos van a seguir subiendo tipos, y al BCE no le va a quedar más remedio que hacerlo con mayor intensidad de la que preveían a priori.
–Volviendo a España, nuestro país se enfrenta a una nueva reforma de las pensiones que habrá que contrastar con Europa.
–El sistema de pensiones no es sostenible, y las medidas que está implantando mi amigo José Luis Escrivá, no contribuyen para nada a garantizar su sostenibilidad financiera. Si se mantiene la indización de las pensiones con el IPC, el sistema se vuelve insostenible. Por otro lado, es absolutamente alucinante la reforma que han hecho del sistema de cotizaciones de los autónomos. No entiendo cómo ha podido apoyarla ATA. Supone un aumento brutal de las cotizaciones a las pensiones medias y altas al final de proceso, en 2031. Por último, el elemento de equilibrio intergeneracional no garantiza para nada el equilibrio financiero del sistema. Es una reforma fallida.
–Con este panorama, ¿qué aconseja a los ciudadanos?
–Que ahorren y que se preparen. El panorama es malo y va a durar tiempo. Si se hacen los deberes de manera adecuada, tardaremos un año y medio en salir de esta situación. Hay que explicar a la sociedad española que va a haber sangre, sudor y lágrimas. La herencia que reciba el próximo Gobierno será muy mala; mucho peor que la de 2012. El que diga que saldremos de aquí con cuatro parches en dos días, está engañando a los ciudadanos.