Inmobiliario
Propietarios más pobres: las consecuencias de las limitaciones al alquiler del Gobierno
Lo que parecía una medida temporal ha puesto en serios apuros a los propietarios
Limitar un 2 % la subida al alquiler era una medida que desde la Asociación de Propietarios de Vivienda en Alquiler (Asval) ya veían como un problema en ciernes que, con el paso de los meses, se ha convertido en una realidad.
España no llega a tener una burbuja inmobiliaria como la que explotó en 2008, pero el mercado de la compraventa y el alquiler se ha disparado. La inflación pasa factura a todas las partes y, mientras, el Gobierno se dedica a intermediar de manera que siempre pierda una de las partes.
Acuerdo entre partes
Felipe tiene un piso alquilado en Valdebebas, uno de los nuevos barrios de Madrid situado en la zona norte. «No he subido el precio a mi inquilino desde 2014, que empezó a vivir allí», asegura y recuerda que «en la pandemia llegamos a un acuerdo. Yo estaba dispuesto a rebajar el alquiler unos meses todo lo posible porque sé que él no iba a trabajar mientras estábamos confinados» y da la clave de esta relación: «Llegamos a un acuerdo y rebajamos la cantidad durante unos meses».
Nadie obligó a Felipe ni a su inquilino a modificar el precio por el que quiere explotar su vivienda. Hasta que el Gobierno, por su lado más radical, el de Podemos, decidió tratar a los propietarios como si fueran terratenientes explotadores de otros tiempos.
La limitación en un 2 % de la subida del alquiler que empezó en marzo se prorrogó hasta septiembre y quién sabe si la norma se quedará ya entre nosotros hasta que alguien se acuerde de suspenderla dentro de algunos años, cuando ya sea tarde e impopular.
Índice de Garantía de Competitividad (IGC) aseguraba que el incremento de los alquileres correcto para 2022 sería de un 4 %, pero la norma lo deja en un 2 %.
María Andreu, directora general de ASVAL, asegura que «el impacto de estos cambios supondrá una presión financiera para los propietarios independientes. Las empresas de otros sectores, como los proveedores de energía, han recibido ayudas del Gobierno para aliviar el impacto de estos cambios; por lo tanto, simplemente pedimos que nuestro sector sea tratado de forma justa y de la misma manera que los demás».
Si la inflación es del 10 % y solo puedo subir el 2 % y no compenso en renta las pérdidas, el Gobierno me hace perder un 8 %Propietario
Santiago tiene un piso alquilado en la zona este de Madrid. «Yo alquilo por 700 euros un piso de dos habitaciones. Me hago cargo del seguro, el IBI, la comunidad y las derramas. El inquilino se paga lo que consume, agua, gas, electricidad, internet…», señala. Las cuentas le salen justas: «Yo no subo el alquiler para ganar más dinero, lo subo porque quiero estar a precio de mercado y porque a mí también me suben los gastos», explica.
Santiago utiliza esa vivienda como un extra a su sueldo mensual y matiza que «si la inflación es del 10 % y solo puedo subir el 2 % y no compenso en renta las pérdidas, el Gobierno me hace perder un 8 %». «Es una solución fácil», zanja.
El Gobierno pretende trasladar el problema de la vivienda a los propietarios y Podemos sigue obsesionado con los grandes tenedores, que apenas representan el 5 % del total de los 3,5 millones de viviendas alquiladas en España.