La semana económica
Repsol acelera su estrategia verde
La petrolera española vende el 25 % de su negocio de exploración y producción con la idea de invertir en una energía menos dañina para el medio ambiente
Repsol comunicó el pasado 7 de septiembre que había vendido el 25 % de su negocio Upstream (exploración y producción) a EIG, un fondo americano especializado en inversiones en infraestructuras del sector energético. EIG tiene invertidos 41.500 millones de dólares en 385 proyectos repartidos por todo el mundo, en clientes del tamaño de Aramco, NextEra Energy u Opdenergy, entre otros.
La operación es buena económicamente para Repsol. La inversión de 4.800 millones de dólares por el 25 % efectuada por EIG supone valorar el negocio de Upstream en 19.000 millones de euros, un 26 % de lo que estimaba el consenso de los analistas.
La petrolera presidida por Antonio Brufau dirigirá ese dinero a acelerar la transformación de la compañía hacia una energía más verde, menos dañina con el medio ambiente. Desde la firma de análisis Renta 4 no descartan que la firma haga alguna compra en esta línea.
Fundada en 1927, Repsol se encuentra en medio de un proceso de transformación importante. Apuesta por ser una empresa de cero emisiones netas en 2050 y convertirse en una entidad multienergía. «La compañía ha incrementado sus objetivos de generación renovable, impulsando la economía circular y proyectos punteros para descarbonizar la industria», apunta Alfonso Batalla, analista de Renta 4. Quiere convertirse en un referente en la producción de biocombustibles sostenibles y líder en hidrógeno renovable en la Península Ibérica.
Los analistas de Renta 4 valoran positivamente la orientación de la compañía a las energías renovables y el sólido balance económico de la firma presidida por Antonio Brufau. Su bajo nivel de deuda en relación con el ebitda (1,9x) le permitirá «acometer las grandes inversiones requeridas para hacer frente a los objetivos de cero emisiones en 2050», indican.
En el plano de los riesgos, los analistas advierten de una legislación probablemente más restrictiva para la industria petrolífera en países con gobiernos populistas como Perú o el nuevo impuesto energético anunciado en España en julio, con el que el Gobierno pretende recaudar 2.000 millones de euros al año por los beneficios registrados en los años 2022 y 2023.
Frente a estos riesgos, los analistas ven oportunidades claras para Repsol. La más importante tiene que ver con el negocio renovable, pionero en descarbonización. Batalla destaca la «aceleración de su negocio de generación de energía renovable con incremento de adjudicaciones de nuevos proyectos en las distintas geografías donde opera. Repsol está llevando a cabo apuestas por generar una mayor cantidad de energía renovable empleando las diferentes tecnologías».
El desarrollo del hidrógeno como protagonista de la descarbonización de la economía y mejorando la competitividad es otra de las oportunidades. «El hidrógeno es el elemento más abundante del universo. Es una fuente inagotable de recursos que puede ser empleado en diferentes procesos y actividades. Con dicho elemento se consigue un flujo constante de generación eléctrica, evitando momentos valle. Además, el hidrógeno puede ser empleado en diferentes procesos industriales, también para movilidad (como combustible para aviones, barcos y coches) y otros. Esta tecnología tiene un elevado potencial a largo plazo, y Repsol apuesta por su desarrollo liderando el Corredor del Ebro», señala Batalla.
A todo ello hay que unir el trabajo que está desarrollando Repsol para mejorar la eficiencia de sus negocios tradicionales, el hecho de que pueda tener que revisar al alza las cifras de su plan estratégico teniendo en cuenta cómo están los precios de las materias primas, y el éxito que están teniendo algunos de los combustibles sintéticos que está desarrollando: «Hay nuevos combustibles Bio que están siendo muy demandados, como el queroseno renovable. La compañía lleva tiempo posicionándose en un nicho de mercado con elevado potencial de crecimiento. En 2021, en la refinería de Tarragona se produjo el primer lote de biojet, combustible sostenible para el sector de la aviación. Además, la compañía ha anunciado inversiones en Bilbao para la producción de combustibles sintéticos», indica Batalla.
Como se puede comprobar, Repsol se halla en medio de una transformación radical. En las próximas décadas se comprobará si es capaz de llevarla a cabo con éxito.