La Fed señala el camino al BCE
La inflación supera a Lagarde, que podría perder el control de la política monetaria
La Reserva Federal eleva los tipos otros 75 puntos básicos. Los analistas esperan que Lagarde imite a Jerome Powell pero advierten de la falta de estrategia del Banco Central Europeo
La Reserva Federal (Fed) cumplió este miércoles el guion subiendo los tipos de interés en 75 puntos básicos. El banco central estadounidense marca así la senda al Banco Central Europeo (BCE) que prepara una subida similar que pactará en su próxima reunión de octubre. Sin embargo, la receta no garantiza el éxito. Los de Jerome Powell comenzaron a reaccionar en marzo con una tímida subida del valor del dólar del 0,25 %. Desde entonces, la Fed ha endurecido su política monetaria hasta colocar los tipos en el 3,25 %.
Aun así, la inflación estadounidense no termina de relajar su rally. El dato decepcionó en agosto al moderarse dos décimas menos de lo esperado (8,3 %). «Algunos miembros del comité han manifestado abiertamente su preferencia por unos tipos de interés iguales o superiores al 4 % para finales de año», afirma Christian Scherrmann, economista de EE.UU. para DWS. Los pronósticos demandarían –al menos– una nueva subida idéntica a la aplicada este miércoles. Sin embargo, la orden es acabar con la inflación a cualquier precio. «Una inflación más persistente y unos tipos aún más altos hacen más probable una recesión y cuestionan un aterrizaje suave», apuntan desde la firma alemana.
El BCE, sin una estrategia clara
Europa parte con retraso. La institución monetaria que preside Christine Lagarde mantuvo los tipos de euros en 0 hasta el pasado mes de junio cuando Frankfurt pisó el acelerador aplicando una subida de 50 puntos básicos. Tras el verano llegó la segunda. Lagarde anunció un repunte histórico del valor del euro de 75 puntos básicos. En unas semanas, se producirá la tercera. «No podemos subir los tipos demasiado. Como no tengan cuidado los bancos centrales, los efectos pueden ser graves», apunta Miguel Ángel Arranz, experto en política monetaria, que señala al errático liderazgo de Christine Lagarde al frente del organismo. «Hace años escuchaba a Ben Bernanke (Fed) o a Mario Draghi (BCE) y me los creía. Ahora escucho a Lagarde y no me transmite la misma confianza. Es evidente que el BCE está sobrepasado. No creo que tenga una estrategia clara para responder a la situación actual», añade.
La mayor parte de analista esperan que los tipos de interés terminen el año por encima del 2,5 %. Sin embargo, el corte del gas ruso y el temor a una sacudida en el precio de la energía, han abierto un profundo debate en el seno del BCE. El ala dura de la institución –conocida como el tono 'hawkish'– insiste en elevar la ofensiva contra la crisis de los precios cueste lo que cueste. Esta opción implicaría subidas más agresivas de los tipos capaces de contraer la demanda al ritmo del bajo nivel de oferta. A cambio, las economías de los Estados miembros sufrirían más de lo esperado.
La inflación europea depende en gran medida de factores no monetarios
A esto se añaden los grandes matices que diferencias las crisis de la inflación a uno y otro lado del Atlántico. La tormenta de los precios en Europa está originada por factores no financieros. Cada anuncio o decisión que sale del Kremlin, impacta en el mercado del viejo continente. Cuando este miércoles Vladimir Putin anunció la movilización de 300.000 reservistas rusos y abrió la puerta a desplegar sus armas nucleares, el precio del gas en el mercado holandés (de referencia en Europa) se disparó. Lo mismo ocurrió con el Brent, dormido desde el inicio del verano.
«Los bancos centrales no pueden solucionar la inflación aplicando cambios en la política monetaria. Los gobiernos europeos deben acompañar con medidas de protección a los colectivos vulnerables», afirma Arranz, profesor de la Universidad Carlos III. Según el experto en política monetaria, los Estados miembros deben trasladar la inflación al consumidor para garantizar la caída la demanda y ayudar a que las acciones del BCE tengan efecto.
Su tesis coincide con el informe publicado este miércoles por la OCDE. La organización internacional pide en un documento evitar limitar el precio de la energía o rebajas de impuestos, en su lugar demanda proteger a los grupos con rentas más bajas. «Los Gobierno no pueden seguir subvencionando los efectos de la inflación», dice Arranz.
Aun así, la crisis demanda una respuesta decidida de los bancos centrales. «Las medidas son necesarias para moderar cualquier presión de demanda, y mucho más importante, para atajar cualquier atisbo de desanclaje de expectativas», afirman desde BBVA.