Batalla impositiva
Sánchez riega de dinero público a Bill Gates a la vez que anuncia un impuesto a los ricos en España
El Gobierno promete una donación de 130 millones a la fundación del fundador de Microsoft
Dice Bieito Rubido en su Astrolabio que el socialismo en España es tan «asimétrico» que «los multimillonarios norteamericanos sí pueden recibir dinero de nuestros impuestos y los andaluces que generan riqueza en nuestra tierra, no».
No cabe una definición mejor al extraño comportamiento de Pedro Sánchez cada vez que cruza el Atlántico. El presidente del Gobierno de España se transforma y toma decisiones como la de postularse para presidir la Internacional Socialista o donar dinero público a la fundación de Bill Gates.
Agenda 2030
La donación de 130 millones de euros en los próximos tres años es para el Fondo Global de Naciones Unidas para cumplir la Agenda 2030 a la que lleva plegado Sánchez desde su llegada al poder.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de esta agenda son tan importantes para Sánchez que España subirá un 30 % su aportación para, entre otras cosas, luchar contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
Mientras Pedro Sánchez era el invitado estrella del evento Goalkeepers organizado por Bill y Melinda Gates, en España sus ministros libraban la batalla (ideológica) impositiva contra el PP desempolvando propuestas que en el mes de junio rechazaban, como la del impuesto a las grandes fortunas.
Bill Gates ya es considerado un filántropo y eso, en el siglo XXI, significa que es una persona que puede hacer con su dinero lo que quiera porque los 114.000 millones de dólares en los que se calcula su fortuna son inagotables.
Esa fortuna, en España, no tendría recorrido con el Gobierno actual y sería gravada entre el 2 % y el 3,5 %. Los cuentos de la lechera impositiva del PSOE no son más que fantasías electoralistas porque, en la realidad, las mil grandes fortunas que sufrirían ese impuesto en España aportarían unos 12.000 millones de euros.
Huida de capitales
La huida de capitales y de talento será evidente si sale adelante. Bill Gates no tendría ningún interés es hacerse rico en España con su negocio, por lo que la desinversión llegará una vez que el gravamen se centra sobre el patrimonio y no sobre la renta.
Sánchez ha sido capaz de estrechar una mano a Bill Gates y apretar la soga de las fortunas españolas con la otra. Su único interés ha sido hacer campaña contra el PP y sus bajadas de impuestos. Y lo ha hecho con una diferencia de apenas unas horas.
España tiene grandes fortunas construidas sobre el trabajo y el éxito de empresas como Inditex, Mercadona o cualquiera de las constructoras que levantan puentes y edificios fuera del país.
Los ricos no son parásitos sociales como hace siglos que vivían extrayendo dinero público. Ahora es el Gobierno el que decide regar con ese dinero otras fortunas.