Respuesta europea a la crisis
Sánchez y Macron se enzarzan y ponen en peligro la unidad europea ante la crisis energética
Los líderes español y francés resucitan la disputa por el futuro de MidCat. Macron afirma que Francia envía a España más gas del que recibe. Madrid contraataca y desmiente con datos a París
España y Francia inician una nueva batalla por la política energética. La crisis del gas vuelve a poner a prueba las costuras de la Unión Europea, que comienzan a descoserse fruto de los intereses personales de cada uno de los Estados. La disputa sobre MidCat, el proyecto de gasoducto soterrado en Gerona, estalla en pleno debate sobre la estrategia de respuesta comunitaria al chantaje de Vladimir Putin.
Los ministros de Energía de los gobierno francés y español consiguieron –hace semanas– acercar posturas sobre la tubería llamada a suministrar gas a Alemania desde España. En los pasillos de Bruselas, Bruno Le Maire y Teresa Ribera, firmaron una pequeña tregua que no ha tardado en romperse. El presidente galo, Emmanuel Macron, sorprendió este jueves rechazando de nuevo la viabilidad del gasoducto.
A su llegada a una cumbre de más de 40 líderes europeos en Praga, el líder del Ejecutivo galo no solo cerró la puerta al proyecto –reclamado por Berlín– sino que aseguró que es Francia, la que envía gas a España, y no al revés. «¿Utilizamos a plena capacidad los gasoductos que existen? No, estamos al 50 o 60 %. ¿Hoy sube gas de forma masiva? No, es Francia la que hoy exporta gas a España», dijo.
Es Francia la que hoy exporta gas a España»Presidente francés
Sus palabras encendieron el ánimo del Gobierno español, que no tardó en responder. El gabinete de la ministra, Teresa Ribera, tiró de datos. Según Transición Ecológica, España ha tenido un saldo exportador neto de gas a Francia en el 69 % de los 219 días transcurridos desde el 1 de marzo.
Una guerra de cifras que oculta la verdadera cuestión del debate. Madrid y París pujan por el papel protagonista en el futuro energético comunitario. España pretende extender una red de conexiones con las que abastecer de hidrógeno a los principales países de la Unión Europea. Francia -por su parte- cuenta con rentabilizar la enorme apuesta por la nuclear realizada durante los últimos años. Ambos países son los grandes rivales dentro de la carrera energética.
La dependencia de EE.UU. podría disparar la factura del gas
En el corto plazo, los problemas se acumulan. A pesar de la disputa franco-española, el viejo continente avanza hacia un invierno muy duro en el que los hogares verán como sus recibos se disparan. A la inestable posición del Kremlin, que abre y cierra el grifo del gas sin previo aviso, se une el efecto secundario de la desconexión del gas ruso. Durante todo este 2022, la llegada de buques metaneros procedentes de Estados Unidos se ha disparado. Washington se ha convertido en uno de los principales proveedores de gas de Europa, y el primero en el caso de España.
El clima y las regasificadoras, claves para mantener los precios
Tal ha sido el volumen de compras, que se ha desarrollado un alto nivel de dependencia sobre EE.UU., algo que impactará con fuerza en la factura de los usuarios españoles. «Si algún parámetro falla, en especial invierno polar, o error en las regasificadoras de Estados Unidos, el gas podría subir fácilmente por encima de los 300 euros el megavatio hora, arrojando un pool de más de 450 euros el megavatio hora», afirma Antonio Aceituno, director general de Tempos Energía.
Aun así, el invierno promete una situación más dura en el centro y norte de Europa. Estos países –más expuestos al frío– sufrirán si las condiciones climáticas son perjudiciales y se producen fallos en cualquier eslabón de la cadena de suministro. «Ante este panorama es fácil comprender las últimas maniobras de la UE en política energética», añade Aceituno