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El canciller alemán, Olaf Scholz, a su salida de de la cumbre 'informal' de Praga

El canciller alemán, Olaf Scholz, a su salida de de la cumbre 'informal' de PragaEFE

Cumbre europea 20 y 21 de octubre

¿Por qué Alemania podría torpedear la respuesta europea contra la crisis energética?

Berlín podría distorsionar el mercado europeo. Scholz mantiene su intención de aplicar un macropaquete de 200.000 millones para rebajar el recibo energético. La ayuda pública es similar al PIB de Portugal

La respuesta europea ante la crisis de la energía se tambalea. A lo largo de esta semana, varios países han aplicado medidas o tomado decisiones que podrían poner en riesgo la efectividad del plan pactado en Bruselas. La tensión generada entre España y Francia a cuenta de MidCat y la estrategia energética futura, es tan solo una de las aristas que rasgan la unidad. Alemania, y el 'macropaquete' de 200.000 millones de euros anunciado por el Gobierno para rebajar la factura eléctrica, ha supuesto una mina que amenaza con dinamitar la respuesta conjunta comunitaria.

El canciller Olaf Scholz tirará de ayudas públicas para amortiguar el golpe que el invierno promete para las familias germanas. «Los precios deben bajar. Para que lo hagan, abriremos un gran paraguas de protección para que los jubilados, los empleados, las familias, la gente del campo y de la ciudad, para que todos salgan adelante y puedan pagar sus facturas», dijo el líder del Ejecutivo alemán el pasado 29 de septiembre en una rueda de prensa.

Desde entonces, Berlín se ha visto obligado a defender una y otra vez el plan ante las dudas y críticas procedentes desde varios de los rincones de la Unión Europea. Lo hizo su ministro de Finanzas, el halcón liberal Christian Lindner, asegurando que el paquete de medidas es comparable al aprobado en otros países de la UE, y lo hizo el resto del gabinete de Scholz durante los siguientes días.

Alemania prepara un gasto comparable a una cuarta parte de toda la ayuda europea pospandemia

Lo cierto, es que el coste de paraguas de ayudas públicas germano es comparable al PIB de Portugal, o a un 25 % de todo el fondo de recuperación postcovid aplicado por la Comisión Europea para paliar los efectos de la pandemia. Es ésta la principal crítica. La magnitud de plan de Berlín podría distorsionar la competencia en el mercado único europeo, y generaría una descompensación con aquellos países con menor músculo presupuestario en un momento en el que las autoridades internacionales piden contención del gasto.

Brecha entre los países europeos a diez días de la cumbre

El siguiente round tuvo lugar este jueves en Praga. Los jefes de estado y de Gobierno de la Unión Europea celebraron una cumbre informal con el objetivo de avanzar posturas en el necesario mecanismo de intervención del precio del gas. Sin embargo, el encuentro salió peor de lo esperado. Los países del euro se presentaron divididos entre aquellos partidarios de topar el gas de forma inmediata (15 países liderados por Francia, España o Italia) y aquellos que -como Alemania- descartan esta posibilidad.

El presidente francés, Emmanuel Macron

El presidente francés, Emmanuel Macron, a su salida de la cumbre informal de PragaEFE

Al finalizar la reunión, no solo no se avanzó en la propuesta, sino que los dos bloques partieron de la capital checa más divididos de lo que llegaron. «Alemania es un país industrialmente fuerte. Podemos hacerlo. Tenemos en cuenta normalmente la estabilidad financiera para poder actuar precisamente en situaciones de crisis», defendió Scholz antes de asegurar que su paquete de 200.000 euros no se diferencia mucho de los aplicados por España, Francia o Países Bajos.

Los expertos piden una unidad fiscal coordinada con el BCE

El encarecimiento de la energía es el principal motivo que está llevando a la zona del euro a sufrir una de las peores crisis de inflación de su historia. El Banco Central Europeo (BCE) puso en marcha antes de verano una estrategia de normalización monetaria con el objetivo de reducir la demanda, compensar la baja oferta y enfriar el alza de los precios.

Desde entonces, la mayoría de los gobiernos de los Veintisiete han aprobado medidas para reducir el impacto que el auge del IPC está provocando sobre sus ciudadanos, desincentivando la caída de la demanda, tan necesaria para equilibrar la regla de los precios. Los expertos no han dejado de solicitar una unidad fiscal en Europa, para evitar descoordinación con la política monetaria. Los ministros de Energía comunitarios celebrarán una cumbre oficial el 20 y 21 de octubre.

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