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El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá.Alejandro Martínez Vélez - Europa Press

Escrivá pone en marcha un autobús para publicitar el ingreso mínimo vital: la ayuda llega hoy a casi un millón menos de las personas previstas

En julio había alcanzado solo a 500.00 perceptores

El Ministerio de la Seguridad Social ha puesto en la calle el autobús del ingreso mínimo vital (IMV). Recorrerá España para publicitar una ayuda que hoy en día llega a casi un millón menos de personas de las que se había previsto.

El IMV se anunció el pasado 25 de mayo del año 2020. En el Consejo de Ministros se dijo que podría alcanzar los 850.000 hogares beneficiarios, en los que viven más de 2,3 millones de personas. El Gobierno aseguró el pasado 13 de octubre que en la actualidad la ayuda llega a 509.574 hogares y a un total de 1.406.850 personas.

El Ejecutivo de Sánchez debe de haber corrido mucho si estas cifras son reales. En julio contamos en El Debate que el número de perceptores en ese momento no había llegado a 500.000. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha señalado que solo 400.000 familias habían solicitado la ayuda a finales de 2021.

La farragosidad de los trámites y el incumplimiento de algunos requisitos están entre las principales causas de esta desproporción entre el número de perceptores previsto y el que hasta ahora se ha alcanzado.

Las dificultades frecuentes a la hora de concluir que entre los peticionarios había una unidad de convivencia ha sido uno de los grandes frenos. Los requisitos de no ser propietario de más de un inmueble o no figurar como administrador de una sociedad mercantil se han encontrado entre los que más peticiones han invalidado, según las fuentes consultadas.

Como recordábamos en el artículo referido arriba, Hacienda y el Instituto Nacional de Estadística (INE) tienen todos los datos de los españoles. Para ellos es fácil detectar qué activos tiene cada uno y quién puede o no acceder a la ayuda. Tras pedir los solicitantes el ingreso mínimo vital en este enlace, un robot analiza los datos y facilita la configuración del expediente a un funcionario, que es quien decide si se da la ayuda.

La rebaja en los perceptores efectivos sugiere una expectativa desbocada y un gran desconocimiento de las cifras reales y de los problemas de nuestra burocracia por parte del Gobierno. El proceso comenzó con muchas dificultades por la falta de funcionarios para atender las peticiones, pero se puso a trabajar en tiempo récord. Se ha caracterizado por ser muy complicado, entre otros motivos por la falta de entendimiento entre las haciendas forales y la escasez de trabajo en la documentación por parte de otras comunidades autónomas.

Ahora el Gobierno pretende que solicite la ayuda toda la población que cumple los requisitos. Lo intentará difundiendo publicidad a través del autobús, y con el objetivo de llegar a 140.000 nuevos hogares.