Cumbre europea
La respuesta a la crisis energética deshace la unidad de Europa
La cumbre comunitaria concluye con un acuerdo de mínimos que decepciona a quince de los Veintisiete. No habrá intervención del mercado, en su lugar se pacta un «tope dinámico» en momentos puntuales
La euforia tras el acuerdo sellado este jueves en Bruselas, no ha tardado en caducar. Los países de la Unión Europea acordaron de madrugada un pacto para impulsar medidas dirigidas a abaratar el precio de la energía. Por el camino se queda el tope al precio del gas, defendido por un bloque de quince países liderado por Francia y España. En su lugar, el cónclave comunitario optó -agotado tras horas de reunión- por una opción laxa que desbarata las pretensiones de Sánchez o Macron, pero que reafirma las del canciller alemán, Olaf Scholz, uno de los pocos que salió del encuentro satisfecho, junto al jefe del Gobierno de Países Bajos, Mark Rutte.
Los Veintisiete concertaron pedir a la Comisión Europa que desarrolle su idea de un «tope dinámico y temporal» para el gas natural en «episodios de precios excesivos». Las conclusiones pactadas también incluyen un sistema de compras conjuntas de gas, pero que será de carácter voluntario.
Las ruedas de prensa que los diferentes líderes europeos improvisaron tras la reunión lo dicen todo. El presidente francés saludó el acuerdo, pero se mostró decepcionado por la falta de avances entorno a la intervención del mercado. En la misma línea, la ministra española, Teresa Ribera, recomendó a la Comisión Europea « hacer valer su capacidad de compra de gas y fijar una orientación de precios que la UE esté dispuesta a pagar».
En contra, el presidente húngaro, Viktor Orbán, abandonó contento la cumbre. «Es como ir a un bar y decirle al camarero que quieres pagar la mitad por la cerveza. No va a ocurrir. Los clientes no pueden reducir los precios de la energía. Sólo la diversificación y la competencia pueden», dijo en un tweet sobre el límite al precio del gas propuesto por buena parte de los Estados miembros.
Hungría afirma haber quedado exenta de la aplicación de cualquier medida relativa a gas, «hemos evitado con éxito este peligro. No nos quedamos solos y pudimos lograr un acuerdo justo», dijo el líder de Hungría a través de Facebook.
La 'unión' de Europa, de nuevo frente al espejo
El acuerdo de mínimos, que deberá ser desarrollado por los Veintisiete en una próxima jornada de trabajo, ha identificado el gran reto al que se enfrenta el viejo continente. Lejos de la tormenta energética que amenaza con endurecer -aún más- el invierno de los hogares europeos, los países del euro vuelven a evidenciar la falta de unidad para hacer frente a cualquiera de las crisis que desafían el futuro de la Unión.
Durante las últimas semanas este hecho ha quedado probado con otro de los debates que más interés ha despertado. Tanto Sánchez, como Scholz y Emmanuel Macron, no han ocultado la disputa que mantienen acerca del modelo energético al que debe dirigirse la eurozona. En la superficie de la discusión se sitúa MidCat. El gasoducto esconde una ambiciosa carrera por convertirse en el protagonista del abastecimiento comunitario.
El gasoducto submarino BarMar no estará operativo hasta -al menos- 2030
La cumbre celebrada el jueves soterró -de momento- el asunto. España renunció a la tubería de la discordia a cambio de construir nueva otra (BarMar) entre Barcelona y Marsella. El tubo submarino no está destinado al envío de gas sino de hidrógeno verde. «Hay una tubería que va desde Portugal y España hacia Francia y luego será posible la conexión con el centro de Europa. Estoy muy contento», dijo el jefe del Gobierno alemán tras conocer la noticia.
Madrid, Lisboa y París seguirán desarrollando juntas el diseño, que podría quedar proyectado el próximo mes de diciembre. Los expertos consideran que los trabajos de construcción no concluirán hasta -al menos- el año 2030. Además, varios de ellos dudan de la viabilidad del hidrógeno verde como energía de futuro, ya que apuntan a que solo se consumirá en aquellos nichos de consumo que no puedan ser electrificables como la industria aérea y marítima.