Qué son los corredores de hidrógeno con los que Sánchez oculta la derrota del MidCat
El pasado 20 de octubre Pedro Sánchez perdió definitivamente el pulso que mantenía con Macron para recuperar el gasoducto que debía conectar España y Francia
Sánchez ha perdido ante Macron. El presidente francés descartó definitivamente el MidCat, el gasoducto que debía conectar España con Francia a través de los Pirineos y, de ahí, al resto de Europa y que era la gran apuesta de Pedro Sánchez con el apoyo de Alemania y de la Comisión Europea. Finalmente, el líder del ejecutivo español ha realizado un rápido movimiento para tratar de disfrazar una derrota en una victoria: se creará un «corredor de energía verde» entre Portugal, España y Francia que conectará Barcelona con Marsella bajo el mar.
Esta iniciativa todavía no se ha materializado en un proyecto. De hecho, de hacerse realidad, no se materializaría hasta 2030, debido a la complejidad de este tipo de construcciones submarinas, por lo que no será una solución efectiva a la falta de suministro de gas ruso derivado de la guerra en Ucrania.
¿Y en qué consiste exactamente esta idea?
«Corredores de energía verde»
La European Hydrogen Backbone (EHB), es una iniciativa ideada por un grupo de 31 operadores de infraestructura energética que busca impulsar un mercado de hidrógeno renovable y bajo en carbono. De ella nace BarMar, el »corredor de energía verde» marítimo que unirá España y Francia en el futuro.
Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, este conducto permitirá a España acceder al principal esqueleto de interconexiones energéticas de Europa, dejando se ser una isla energética para convertirse en un 'hub' energético.
España, junto con Portugal y Francia, ha anunciado el BarMar un mes después de que el país se adjudicara el 20 % de los proyectos de hidrógeno que financiará Bruselas.
¿Qué es el hidrógeno verde?
El tipo de energía que se utilizará en estos corredores surge de la producción de hidrógeno, un combustible ligero y muy reactivo, a través de un proceso químico que recibe el nombre de electrólisis, que separa el hidrógeno del oxígeno que se encuentra en el agua.
Como puntos a favor encontramos que es un combustible sostenible, ya que la electrólisis con la que se obtiene la energía no emite gases nocivos. Además se almacena fácilmente y es capaz de transformarse en electricidad o combustibles sintéticos. No obstante, su producción supone un mayor gasto energético y monetario.
Según explican desde Iberdrola, la energía procedente de fuentes renovables, claves para generar hidrógeno verde a través de la electrólisis, es más cara de generar, lo que a su vez encarece la obtención del hidrógeno.