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Intervenir la TUR tiene letra pequeña y puede no ser una buena opción para los grandes consumos

Crisis energética

La realidad de por qué intervenir la TUR no es tan bueno como dice el Gobierno

Los expertos señalan que es una medida que llega tarde por la singularidad del mercado español

El Gobierno se ha lanzado a regular los precios de la energía para intentar evitar el impacto de la crisis energética derivada por la invasión de Rusia en Ucrania. Putin domina el mercado gasístico y Europa depende de esta materia prima para pasar el invierno.

La excepción ibérica o el impuesto a las eléctricas han sido medidas que no han logrado el impacto esperado, aunque hemos conseguido estar mejor que nuestros vecinos de países como Francia o Alemania. Además, el crudo invierno y la necesidad de generar calor mediante energía no ha llegado a gran parte de Europa, será cuando llegue el frío cuando mediremos nuestros problemas de verdad.

TUR

La última medida del Gobierno fue la de ampliar la Tarifa de Último Recurso (TUR) de gas a las comunidades de vecinos para que se pudieran acoger a ella y evitar subidas del precio de la factura que podían dispararse a cuatro veces lo que pagan en la actualidad.

En Soliluz, una startup española dedicada a la gestión de la energía en pymes y comunidades de vecinos, se han tenido que estudiar a fondo la normativa para empezar a asesorar a sus clientes lo antes posible.

Juan Gómez, Ingeniero en Soliluz y uno de los responsables de elaborar las recomendaciones energéticas a las comunidades de vecinos, asegura que «la norma mezcla un poco todo porque habla de medidas respecto al gas, la luz, de deducciones fiscales, del bono social, del autoconsumo…».

Lo más importante es saber que para consumos superiores a 50 MWh ya hay opción de adoptar la tarifa TUR, por lo que las comunidades de vecinos que cumplan estos requisitos podrán ahorrar algo en su factura.

Requisitos

También deberá estar al corriente del pago de todas las obligaciones económicas contraídas con su actual comercializador.

Las viviendas deberán disponer, a 30 de septiembre de 2023, de contadores individuales de calefacción o repartidores de costes siempre que las instalaciones térmicas no se encuentren eximidas de esta obligación por inviabilidad técnica. De no tenerlo a finales de 2023, tendrán un recargo del 25 %.

Por último, deberán haber realizado en plazo la inspección de eficiencia energética conforme al RITE con resultado positivo.

Letra pequeña

También hay que explicar que los precios para TUR están fijados para el último trimestre de 2022 y las modificaciones que puedan sufrir en 2023 estarán topados con un 15 % trimestral.

Hoy la TUR ofrece un precio fijo que es ventajoso siempre y cuando no se apliquen los recargos del 25 % por no instalar los contadores y otro 25 % por consumir más gas de la media de los últimos años. Desde Soliluz recomiendan que «si no hay seguridad de cumplir estos dos puntos conviene analizar si merece la pena el cambio sabiendo que romper el contrato con la comercializadora actual tendrá un coste».