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Entrevista con el farmacéutico Antonio Velasco

25 años de la entrada de los genéricos en España: «Hubo que vencer grandes resistencias»

En 1997 se produjo un hecho que cambió el rumbo de nuestro Sistema Sanitario de Salud: la incorporación de los medicamentos genéricos al mercado farmacéutico español

Veinticinco años después de su incorporación al mercado farmacéutico español, los medicamentos genéricos son hoy una rutina asentada en nuestro país.

Este año se cumple un cuarto de siglo de la llegada de los genéricos a España. Aquello supuso una especie de 'revolución silenciosa' que, de alguna manera u otra, cambió la historia sanitaria en nuestro país. Según el farmacéutico Antonio Velasco, que tuvo una importante participación en aquel hito, hubo que vencer «grandes resistencias» para lograrlo.

Por este motivo, Velasco visita la redacción de El Debate para rememorar aquellos días.

–Este año se cumplen 25 años de la llegada de los medicamentos genéricos a España. ¿Qué supuso aquello?

–Fue un antes y un después. Lo recuerdo como un momento crítico. El mercado de los medicamentos, hasta entonces, estaba dominado por las multinacionales. Existían copias de esos medicamentos que no gozaban de la calidad necesaria. Como sabéis, los gobiernos financian mucho el medicamento. Entonces, cuando hay más cobertura, más veces se hace deficitaria, ya que los gobiernos intentan bajar los costes. Pero lo más importante fueron las patentes, porque antes se copiaba descaradamente.

Antonio Velasco, durante la entrevistaAlfonso Úcar

–¿Pero qué tipo de resistencia hubo?

–Se hablaba mucho de los genéricos, pero no se sabía bien que eran. Había que enfrentarse a las resistencias de las multinacionales, que los veían como un peligro latente porque, si llegaban, el cliente ya no era médico, sino la farmacia. Me acuerdo de ver a unos alemanes con un tocho de catálogo de 300 productos, que era como una guía telefónica, ahí me di cuenta de que los tiros iban a ir por el volumen. Los farmacéuticos tampoco sabían qué hacer con ello, pero luego pasamos a hacer una labor de pedagogía estupenda, a pesar de no saber a qué atenerse. Al bajar el precio del medicamento, se temía que bajaran también sus beneficios. Lo importante era insistir en la calidad y repetir qué los genéricos tenían la misma que los que no lo eran. Todo ello provocó un cambio de mentalidad.

–¿Por qué España sufrió tanto retraso en la aprobación de los genéricos respecto a los países de su entorno?

–Hay un factor clave, que fue la presión de los laboratorios de las multinacionales, pese a que al Sistema Nacional de Salud le interesaba porque eran muchos millones los que se ahorraban. Al principio fue costoso, porque ahora el ahorro es más del 50 %, pero antes no era tanto.

–¿Cómo ve ahora al sector de la industria farmacéutica?

–Ha sido calificada como una especie de Fórmula 1 para el empleo y la economía y es cierto, está en un momento dulce como un sector de mayor evolución. El sector de los genéricos ha pasado de estar algo retraído a competir en calidad y cantidad. El Gobierno debería apoyar más a las empresas farmacéuticas nacionales porque la generación de empleo es importantísima. Ha habido una política de precios bastante cerrada en productos con el precio fijado desde hacía muchos años. Los costes ahora se han disparado con la crisis energética y la guerra en Ucrania. La Agencia del Medicamento y el Ministerio deben potenciar el sector. Necesita un impulso.

–Hace algunos días, El Debate publicó que el Gobierno reconocía que no podía financiar el Trodelvy, un medicamento eficaz para luchar contra el cáncer de mama metastásico, una noticia que llegó hasta la misma tribuna del Congreso. ¿Cómo se debería abordar este asunto?

–La atención farmacéutica es imprescindible, como la médica y escolar, sobre todo cuando hablamos de proteger a la gente con menos posibilidades económicas. A mí se me antoja imprescindible ampliar la financiación, mientras que el mercado debe estar abierto a satisfacer los problemas, sobre todo cuando hablamos de algo como el cáncer de mama. Pero no hablo solo de aquello que le cura, sino también del diagnóstico precoz y la detención.