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El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, contempla los elevados niveles de exclusión social en EspañaEFE/ Chema Moya

Análisis económico

España, cuarto país con mayor porcentaje de la población en exclusión social

El Ingreso Mínimo Vital, clave para estas personas, está siendo un gran fracaso

Eurostat está publicando un nuevo indicador que se llama Macroeconomic Imbalance Procedure (MIP), que puede ser traducido como Indicador de Desequilibrio Macroeconómico. Se define así: «El cuadro de indicadores del IDM consta de catorce indicadores pertinentes para la detección temprana de desequilibrios macroeconómicos existentes o incipientes a nivel de los Estados miembros de la UE. Va a proporcionar apoyo estadístico al informe anual del Mecanismo de Alerta publicado por la Comisión Europea al inicio del Semestre Europeo 2023. El Informe del Mecanismo de Alerta identifica aquellos Estados miembros para los que se requieren análisis en profundidad, basándose en una lectura económica de los indicadores del cuadro de indicadores, complementada por otros indicadores auxiliares.»

En las próximas semanas iremos analizando los indicadores que componen el MIP.

Uno de los 14 Indicadores es el porcentaje de Población en Riesgo de Exclusión Social, que nos indica qué porcentaje de la población de un país está en situación económica extrema al no permitirle sus ingresos hacer frente a los gastos necesarios para tener una vida básica. Exactamente el INE define la población en riesgo de pobreza o exclusión social como aquella que está en alguna de estas situaciones:

- En riesgo de pobreza (60 % mediana de los ingresos por unidad de consumo).

- En carencia material severa (con carencia en al menos 4 conceptos de una lista de 6).

- En hogares sin empleo o con baja intensidad en el empleo (hogares en los que sus miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20 % del total de su potencial de trabajo durante el año de referencia).

Estar en esta situación y ver que existe un concepto al que se podrían acoger porque cumplen con todos los requisitos, pero que por desconocidas causas se te niega, añade una enorme frustración a este tipo de personas y familias.

El Ingreso Mínimo Vital, que fue una idea nacida con la covid, es otro de los grandes fracasos de nuestro Gobierno. Se han dotado 3.000 millones de euros para apoyar a 1 millón de familias. Escasamente cada año se ha podido prestar servicio al 30 % de las personas que lo solicitan por las dificultades que impone el servicio montado, cómo no, por uno de los grandes blufs de este Gobierno, el ministro Escrivá.

Veamos dónde nos encontramos comparados con los miembros de la Unión Europea, para ver si resulta que somos el tuerto en el país de los ciegos.

Pero no: España está en posición 4 de los países con más porcentaje de personas en riesgo de exclusión social. Solo están peor que nosotros Rumanía, con un porcentaje del 34,4 %. Le sigue Bulgaria, con un 31,7 %, Grecia, con el 28,3 %, y España, con el 27,8 %.

Claro que, si calculamos el 27,8% de la población española a 31 de diciembre de 2021, que era de 47.432.805 habitantes, resulta que en España las personas en riesgo de exclusión son 13.186.320. Produce escalofríos pensar que no comen caliente todos los días.

Sorprende que en sexto lugar esté Italia, que Portugal tenga 5,4 puntos porcentuales menos, que Alemania haya llegado al 20,7 % y que Francia esté por debajo del 20 y se quede en 19,3 %, que equivale a estar ligeramente por debajo en valor absoluto comparado con España. Francia tiene 13,1 millones de personas en esta situación con 67,8 millones de habitantes.

El mejor país en este aspecto es la República Checa, con solo el 10,7 % de su población en esta situación, seguida de Eslovenia, con un 13,2 %, Finlandia, un 14,2 % y Eslovaquia, con un 15,6 %.

Sorprende, y muy agradablemente, Polonia, que además de estar aposentando su sexta posición en peso específico en la Unión Europea, tiene muchos indicadores mostrando lo bien que lo están haciendo. Se sitúa en un 16,8 %, mejor que Suecia, Austria, Dinamarca y Chipre, y la mitad que Rumanía.

Está claro que España está haciendo muchas cosas mal que llevan a esta situación. El paro, y dentro de esta variable el paro juvenil, o la renta per cápita, que no solo está decreciendo, sino que estamos al nivel de 2005, lo cual debería producir un ataque de rubor a todos los miembros del Gobierno. El salario medio real, que está descendiendo, los impuestos que drenan la capacidad adquisitiva de las familias y otros cientos de cosas que se pueden poner encima de la mesa y que favorecen la situación que tenemos con este índice.

Han pasado ya diez meses desde la aparición de este índice, y es de suponer que estamos mucho peor, porque la inflación a quien hace más daño es precisamente a la gente con menores ingresos y más cercana a la exclusión social.

Y realmente es una pena que una gran idea como el Ingreso Mínimo Vital, clave para estas situaciones, esté funcionando tan mal.