Blackstone activa las alarmas de un colapso inmobiliario mundial

Blackstone, el banco dedicado a los fondos de inversión inmobiliarios, ha ordenado que se limiten las retiradas de capital al 5 % trimestral por riesgo de liquidez. Esta medida es histórica e implica grandes consecuencias a corto y a medio plazo en Estados Unidos, Europa y también en España donde gestiona miles de activos.

Expertos

El periodista José Antonio Vizner recordaba en su programa de Negocios TV las últimas palabras de Luis De Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), donde anunciaba que los bancos «están en una situación mejor por la mejora de la rentabilidad ligada a los tipos de interés, pero no se pueden cegar por ello, porque los tipos afectarán a la solvencia de los clientes, y tendrán que dotarse de más provisiones».

Las predicciones se van cumpliendo con el aviso de Blackstone a sus inversores de que los 125.000 millones de dólares que hay en juego no se pueden sacar de una vez porque no hay liquidez.

Víctor Ortiz, experto inmobiliario, se hace la pregunta inversa, «lo que hay que preguntarse es por qué quieren sacar el dinero de ese fondo ahora» y recomienda mirar a China y a su monumental crisis inmobiliaria tras la quiebra de Evergrande. Además de señalarle como uno de los países donde más ha invertido Blackstone.

Impagos

Volviendo a De Guindos, hay que analizar la parte en la que pone en duda la solvencia de los clientes que han pedido hipotecas y que, de momento, solo reciben avisos de una drástica subida de pagos que muchos no están viendo reflejado todavía en sus cuentas corrientes.

Esto se debe a que las revisiones semestrales o las que ya pasen a 2023 serán las que provoquen la temida ola de impagos para la que los bancos se deben aprovisionar. En España, Caixabank será el más afectado con 747 millones de euros, 306 millones el Santander, 303 el BBVA o 180 millones Unicaja.

Algo huele mal en China y se teme que la crisis inmobiliaria llegue a Europa y se extienda a Estados Unidos en una situación parecida a la de 2008, es decir, que los problemas de la vivienda se trasladen al resto de la economía.