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La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.Jesús Hellín - Europa Press

Análisis económico

El problema de la inflación ya no es Rusia ni la guerra de Ucrania

El IPC, como sabemos, crece un 6,81 %, pero donde de verdad nos duele es en los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que en este período de un año han crecido un 15,33 %

Qué contenta está Calviño con su maridito colocado en el Consejo de Patrimonio del Estado y con que el INE haya confirmado que la inflación está en un 6,8 %, aunque lo de menos es que la subyacente esté en un 6,3 % a solo 5 décimas y además no importa que haya subido un 0,7 %.

Lo importante es que la inflación con respecto a octubre haya bajado un 0,1 %.

Cuando estábamos en la fase de subida y llegábamos a un 6 % y la subyacente en un 2 %, lo importante era que la subyacente estaba muy baja y el 6 % no era preocupante. Ahora que estamos en el 6,8 % y la subyacente subiendo al 6,3 %, lo importante es que estamos muy bien bajando la inflación.

En general, todos aquellos seres humanos que tienen que defender sus posiciones por ideología, independientemente del resultado obtenido, serán capaces de justificar cualquier resultado, diciendo y contradiciendo los mismos números según el momento de interés.

Por eso y para que no diga que siempre me meto con ella, hoy le voy a dar una alegría a la Sra. Calviño y es que, según el INE, Putin, su país, Rusia, y la guerra de Ucrania, ya no tienen efecto sobre el IPC español.

O sea, que ya no hace falta que nos metamos con Putin, Rusia y la guerra para justificar cualquier modificación que se produzca sobre el IPC.

Vamos a verlo.

Vamos a analizar, en primer lugar, el resultado de los últimos 12 meses y luego compararlo con el mes anterior.

El IPC, como sabemos, crece un 6,81 %, pero donde de verdad nos duele el zapato es en los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que en este período de un año han crecido un 15,33 %. Le siguen en importancia los muebles y artículos del hogar, que han crecido un 8,7 %.

Todo lo que tiene que ver con la parte básica de una familia, que es la alimentación, los artículos del hogar y los muebles están muy por encima de la media del 6,8 %.

Le pasa lo mismo al transporte, que desde el punto de vista de los 12 meses, todavía está muy alto, llegando al 7,74 %, y los restaurantes y hoteles, que están en el 7,58 %.

Por otro lado, el coste del agua, la electricidad, el gas y los combustibles están en 1,01 %, y es por eso por lo que digo que a todos los efectos de la guerra ya no afecta a la subida de los precios.

Si miramos la subida desde el punto de vista mensual, tenemos que la mayor bajada de precios se produce precisamente en la energía y carburantes, que caen un 3,52 %, con pequeñas bajadas en el transporte, comunicaciones, ocio y cultura y restaurante y hoteles, que empiezan a notar la crisis y para aliviarla bajarán los precios.

La mayor subida se produce en vestido y calzado, igual que en octubre, pero menos acusada la subida y luego pequeñas subidas en alimentos, que parece que no crecen con la misma intensidad que los meses anteriores, las bebidas alcohólicas, los muebles y artículos para el hogar, la sanidad , la enseñanza y en otros bienes y servicios.

Como resumen, al IPC le está doliendo y mucho los alimentos, los artículos del hogar y el transporte que ya se están frenando.

Por lo tanto, el gran problema está en los alimentos, que han subido ese 15,33 % en 12 meses, y lo que no le va a gustar a la Sra. Calviño es que el problema viene por la aplicación de la Agenda 2030 a la producción agrícola y ganadera.

Nuestros agricultores y ganaderos, igual que los del resto de Europa, están pagando un exceso de sobrecoste marcado por Bruselas en aplicación de la Agenda 2030 para productos alimenticios. Los productos fitosanitarios para poder cultivar ecológicamente nuestros productos son mucho más caros que los que usan en Marruecos, Sudáfrica y Sudamérica, que utilizan los productos tradicionales para cultivar sus productos.

Los ataques del ministro de Consumo a la ganadería española no surgen de su capacidad intelectual, sino también de la Agenda 2030, que obliga a los ganaderos españoles a tener que vender sus productos mucho más caros por los costes extras que se ven obligados a pagar si quieren poder vender su producción.

Y nuestro querido Gobierno, en lugar de afrontar con seriedad el problema de nuestro sector primario, dándole muchas más libertades para cultivar sin seguir la reglas de la nefasta Agenda o trabajar con Europa para cambiarla, lo que pretende es hacer la típica tontería de ponerle tope a los precios.

Y ahora vamos a intentar montar una cesta de la compra topada en precio que, si el precio no cubre las necesidades de los productores, producirá un desabastecimiento de esos productos y la aparición del mercado negro para la compra de los mismos.

Le recuerdo a Calviño y a Yolanda Díaz que se estudien el caso Argentina y cómo llegó ese país al corralito.

Y, por último, ¿qué pasará con el IPC el día que el Gobierno deje de subvencionar los combustibles, la electricidad y el gas?