Análisis económico
Las cuentas de la Seguridad Social: los errores o la incompetencia
Que no cumplamos ni uno solo de los objetivos de un organismo como el de la Seguridad Social, además de no tener algún tipo de sanción, tiene, al revés, un reconocimiento por parte del jefe supremo
No hay nada más sano por la mañana que un buen café caliente y un paseo por la web del ministerio de Hacienda, para llenarte de adrenalina y enganchar el primer mosqueo del día.
Pero cuando te conectas a dos webs diferentes, todas desde el ministerio de Hacienda, una para llegar a la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) y otra que te lleva a la Seguridad Social, empiezas a ver que los números no cuadran en absoluto entre lo que dice una y lo que dice la otra. En ese momento es cuando empiezas a tener sensación de que los números no son correctos y alguien no está haciendo bien su trabajo.
La Seguridad Social tenía un presupuesto de gasto no financieros para 2022 de 173.639 millones de euros. Ya hemos visto en un artículo que publiqué en este mismo diario, que según la Intervención General de la Administración del Estado, a 31 de octubre lleva gastados 171.138 millones de euros. Es decir, a falta de dos meses lleva gastados el 98,6 %, pero en este tiempo se va a pagar doble paga a los pensionistas y a los trabajadores de la Seguridad Social.
Ya solo con esto, creo que es motivo para que a uno le suba la adrenalina.
Tenemos a la IGAE diciendo que nos hemos gastado 171.138 millones en 10 meses y tenemos al ministerio de Hacienda publicando el comparativo de lo que va a pasar en 2023 comparado con el presupuesto de 2022, que no solo está obsoleto y trasnochado, sino que ya se lo han comido.
Sin sanción ni castigo
Tal es así que, a 31 de octubre y para tapar el déficit de la Seguridad Social, resulta que el ministerio de Seguridad Social ya ha transferido 36.061 millones, cuando su presupuesto oficial es de 36.227. Vamos, que los dos próximos meses de envíos que ya se han realizado, porque estamos en enero, pero que nadie sabe los importes que habrán tenido que salir de otras áreas o de otros presupuestos.
Claro que cuando ya no existe el delito de prevaricación y malversación de caudales públicos, salvo que te lo lleves a tu bolsillo, que no cumplamos ni uno solo de los objetivos de un organismo como el de la Seguridad Social, seguro que además de no tener algún tipo de sanción, como es el cese inmediato del gestor, tiene, al revés, un reconocimiento por parte del jefe supremo de palmadita en la espalda y tú sigue, deja esto, para cuando vengan los otros, que no quede ni un trozo de queso para las ratas.
Todo esto que cuento le puede sonar a ciencia ficción a muchos lectores, la pena es que los que votan a la izquierda socialista y comunista, no les gusta leer y mucho menos economía de investigación que deja con el trasero al aire a todo el Gobierno.
Son tan malos que ni se coordinan entre ellos, no se saben los números y hacen gala y osadía de ser puros y castos, cuando son justo la antítesis de lo que dicen. A estos no los conoceremos por lo que dicen, porque todo es mentira, los conoceremos por sus hechos, porque derivan las murallas de Jericó no con ejércitos sino con la desmesura de los gastos que derriba cualquier muralla económica.
Hoy ni me he molestado en elaborar yo mismo una información, pues desde la web de Hacienda he llegado a este cuadro que publica el ministerio de Seguridad Social. Así que veamos donde nos van a sacar hasta la última gota de sudor y puede que de sangre.
A 31 de octubre, según la IGAE, el Estado ha ingresado por cotizaciones sociales 140.516 millones de euros, 4.000 millones más que todo el presupuesto del 2022, pero además falta por saber lo que han cobrado en noviembre y diciembre que, a una media de 14.000 millones al mes, debe de haber llegado a 168.000 millones. Nos suben las cotizaciones un 0,6% sobre el total y oficialmente nos dicen que van a ingresar 152.000 millones que son 16.058 millones más, para las empresas y los trabajadores.
Estamos en el mundo al revés, estamos ante la farsa más inmensa vista nunca en la política económica, estamos ante unos auténticos incompetentes e inútiles gestionando el dinero público y peor es que no saben lo que se llevan entre manos.
Nos dicen que para equilibrar los gastos y que no haya déficit van a enviar 38.781 millones de euros, cuando a cierre de octubre han enviado 36.000.
Y nos dicen que en operaciones no financieras van a ingresar 23.136 millones de euros más cuando este año saben que van a llegar casi a los 208.000 millones de ingresos. Esto solo se puede explicar por:
- Saben mejor que yo los números, son uno mentirosos y lo que han presupuestado es verdad, porque la economía se va a pegar un bofetón y es mejor mentirnos que decirnos la verdad.
- Son unos auténticos incompetentes, no se saben los números, son unos trileros, unos vagos y están rodeados de la peor clase de profesionales que pueda haber en el mercado, que no hacen nada, pero se llevan magníficos sueldos a su casa.
- Son las dos cosas en conjunto.
Yo más allá de desgranar los números, que por culpa de ello me suba la tensión arterial y me dé cuenta que «de profesión trilero» se vive mucho mejor, no por ello voy a dejar de denunciar el mal uso de los caudales públicos, la falta de capacidad política y económica de nuestros gobernantes y, sobre todo, su absoluta incompetencia, que es lo que menos soporto de alguien que ha llegado a ministro.