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La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, espera que la subyacente empiece a bajar prontoEduardo Parra - Europa Press

Análisis económico

En un año hemos bajado la inflación un pírrico 0,8 %

Del 6,5 % de diciembre de 2021 hemos bajado al 5,7 % de diciembre de este año, pero la subyacente ha subido del 2,1 % al 7 %

He querido esperar a que todo el mundo publicase sus comentarios sobre qué ha pasado con el IPC definitivo del mes de diciembre. Lo importante en este resultado es analizar los subíndices que componen el IPC, que son los que nos van a mostrar realmente dónde estamos.

Como análisis inicial debo decir que el INE ha corregido a la baja 0,1 puntos de inflación en el índice general y lo deja en un 5,7 % y una subida del 0,2 % en diciembre, pero la subyacente ha subido en 0,1 puntos hasta llegar al 7 %, lo que implica que esta sube un 0,9 % que nos lleva a una situación francamente preocupante.

Si yo estuviese en el Gobierno hubiese preferido todo lo contrario. Que hubiese subido el IPC y que hubiese bajado la subyacente. Las medidas desde el Gobierno para bajar la subyacente son mucho más complicadas y además tardan mucho más tiempo en tener resultados.

Por ello me sorprende la declaración de la iluminati Calviño en una entrevista a RNE el pasado día 13, en la que dice que espera que la subyacente empiece a bajar en enero, por las medidas que ha tomado el Gobierno con respecto a los costes de la energía, que están produciendo una caída de precios muy importante, y la bajada del IVA a los alimentos frescos.

Es importante recordar a los lectores que la inflación subyacente no contiene precisamente ni los precios de los alimentos ni los energéticos. Tengo la sensación de que a veces la ministra se autoalimenta delante de los periodistas que nunca pueden preguntar, con barbaridades como la que acaba de decir, y que desde el punto de vista económico son cosas imposibles que se produzcan. Nuestros gobernantes buscan titulares más que soluciones para la economía.

Pero pasando de las tonterías habituales de los ministros, vayamos a revisar dónde de verdad tenemos los problemas y qué puede pasarnos de aquí en adelante.

El Índice general de precios en diciembre del año pasado estaba en 103,965 y se ha quedado en diciembre del 22 en 109,899. Representa que la inflación se ha quedado, medida anualmente, en un 5,7 %, pero en el mes de diciembre respecto a noviembre ha vuelto a subir en 0,2 %.

La subida del 0,2 % se desglosa con una bajada del 0,3 % en vestido y calzado, un 5 % de bajada gracias a las medidas del Gobierno y las comunidades autónomas y ayuntamientos, reduciendo el coste de los transportes y la bajada del coste de la enseñanza de un 0,1 %.

Por el lado negativo tenemos que los alimentos, que han vuelto a subir un 1,6 % y que, si la extrapolásemos, estaríamos en un 19,2 % de inflación en este subíndice; en la subida del 2,9 % de las bebidas alcohólicas y el tabaco, pero mucho más importante, una subida del 0,7 % en el subíndice energético, que equivale, a pesar de las medidas del Gobierno, a una subida del 8,4 % en un subíndice en el que hasta ahora el Gobierno ha estado todo el año echando órdagos y ha conseguido que anualmente este índice esté en negativo en 4,5 puntos.

En este mismo orden de cosas están los artículos del hogar, que han subido un 0,7 % y está en la media anual del 8,5 %, y nadie está haciendo nada para frenarlo.

Por último, en el análisis mensual está la subida del ocio y cultura de un 1,8 %, que esperemos que solo sea así en este mes, porque el indicador nos lleva a una situación nada «entretenida».

Desde el punto de vista anual, sin duda, los alimentos son el quebradero de cabeza del Gobierno y de todos los consumidores, pues el índice está el 15,7 %. Siendo muy posible que las medidas de bajar el IVA ayuden, no está nada claro que se produzca a corto plazo.

El índice de los productos energéticos, que como ya hemos indicado ha bajado anualmente un 4,5 % y ha subido en diciembre un 0,7 %, va a verse muy tocado en enero con la desaparición de los 20 céntimos de euro en la gasolina, pero mucho más todavía por la subida de la TUR (Tarifa de Último Recurso) desde el 1 de enero del 8,67 % que va directo a las facturas de todas las economías domésticas y que sin duda va a tirar de este índice para arriba.

Hay otros índices que están descontrolados y por encima de la media, que son los artículos de hogar y los restaurantes y hoteles, que se han llevado parte de sus costes a sus precios y que, posiblemente, sigan subiendo en los próximos meses.

Si el Gobierno cree que con todo lo que ha hecho se puede echar a dormir, cuando se despierte se va a encontrar con un panorama nada idílico. La inflación rebelde (la subyacente) está lejos de ser domada, y el IPC general, aunque ha mejorado y bastante, vamos a ver cómo hay meses que se rebela y tirará para arriba.

En diciembre de 2021 estábamos en una inflación del 6,5 % y un año después hemos conseguido dejarla en un 5,7 %.

Eso sí, el BCE y el Gobierno español han puesto todos sus esfuerzos en esta materia y han conseguido reducir la inflación en un año en 0,8 puntos porcentuales. Esto sirve para ver lo difícil que es bajar la inflación mientras que a su vez la subyacente ha pasado de un 2,1% a un 7%.