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Eurodiputada de Ciudadanos  Susana Solís: «Lo que el Gobierno hace facilitando la vuelta de Puigdemont es indignante, vergonzoso»

Esta ingeniera de Avilés, llegada a Europa de la mano de Luis Garicano, formará parte de la visita a España del Parlamento Europeo para averiguar qué ocurre con los fondos europeos

Susana Solís es ingeniera industrial por la Universidad de Oviedo e ingeniera de Máquinas por la Fachhochschule de Osnabrück, en Alemania. Después de trabajar durante 19 años en multinacionales en España y Alemania, aterrizó en la política en 2015. Fue diputada por Ciudadanos en la Asamblea de Madrid entre los años 2015 y 2019 y es eurodiputada por Ciudadanos desde hace tres años. En Madrid fue portavoz entre otras de la Comisión de Presupuestos, Economía, Hacienda y Empleo. Como diputada fue quien más iniciativas parlamentarias registró por parte de su grupo. En Europa participa en diversos trabajos, especialmente en los relacionados con los fondos europeos.

–Usted que está allí, podrá contarnos qué pasa realmente con los fondos europeos. Desde aquí parece que su ejecución no va muy bien.

–La percepción que hay en España de que los fondos no llegan a la economía real, es real. Hablo con muchísimas pymes que se ven inmersas en un mar de burocracia y ya no esperan recibir ningún fondo. Se ha ejecutado un 9 % del dinero previsto para los Perte. La realidad es que no hay datos. Tenemos que confiar en el triunfalismo del Gobierno y en los datos que nos dice a través de los ministerios y el IGAE (Intervención General de la Administración del Estado). De ahí que sea tan importante la misión con la que vamos a venir a España desde el Parlamento Europeo en febrero. Queremos ver cuál es la realidad de la ejecución de los fondos, cómo se van a controlar y qué llega realmente a la economía real. La Comisión Europea solo controla los hitos que se llevan a cabo, pero no cómo se desarrollan y quiénes son los beneficiarios finales. De ahí que sea tan importante que haya transparencia. Son fondos de todos los europeos. Ya que España es la primera que ha pedido el tercer desembolso, queremos ver cómo se va a controlar.

Hay quien piensa que la visita, capitaneada por la presidenta de Control Presupuestario, Monika Hohlmeier, y compuesta por once eurodiputados de diferentes países, no va a servir para mucho.

–Tenemos que ser justos con lo que vamos a ver. Por una parte habrá control, pero por otra tenemos que ver la burocracia que hay alrededor de los fondos, y por qué no están llegando a la economía real. De ahí que además de a los ministerios queramos ver a empresas y asociaciones para saber qué dificultades están haciendo que la ejecución sea tan baja. Recientemente hemos escuchado que el Perte del vehículo eléctrico vuelve a retrasarse. Dudamos mucho de que en 2026 puedan ejecutarse todos los fondos. De hecho, el Gobierno español ya está pidiendo una extensión.

–¿Se podría haber evitado esta mala ejecución de los fondos?

–Sí, si hubiéramos preparado mejor a nuestra Administración. Todos sabíamos que España iba a recibir en un periodo muy corto de tiempo cuatro veces más fondos de los que habíamos recibido, y que España es el país que peor ejecuta los fondos. Es algo que no les gusta escuchar, pero sé que es así porque soy la responsable de los fondos estructurales. España siempre tiene que tirar de los tres años más que permite el reglamento para gastar los fondos, y en ocasiones no los gasta. Entonces, si sabemos que en España ejecutamos mal los fondos, y que con la misma capacidad administrativa íbamos a recibir cuatro veces más fondos, no podía cogernos por sorpresa. Ha habido improvisación o falta de rigor por parte del Gobierno.

–Mientras ocurren estas cosas, Sánchez se prepara para la presidencia de la Unión Europea, que comenzará en julio.

–Abre una ventana con muchísima visibilidad para España dentro de la Unión Europea. El Gobierno la está preparando muchísimo. Lleva meses reforzando los equipos, viendo qué proyectos van a ser prioritarios, qué leyes puede sacar adelante durante su presidencia… Va a haber dos cumbres bilaterales, una con temática latina y otra sobre el Mediterráneo, y también se van a debatir dossieres importantísimos para España. Uno de ellos es el de la reforma del mercado eléctrico. Ahí tenemos una capacidad de influencia mayor, que sin duda España debe aprovechar. Debemos ser responsables con nuestro país para apoyar a España, pero no hay que dudar de que le va a dar mucha visibilidad a Sánchez. Otros temas importantes serán la ley de materias primas críticas y el final del reglamento del Euro 7, que será clave para el automóvil.

–¿Puede colar Sánchez algún aspecto ideológico?

–A diferencia de lo que ocurre en España, en la Unión Europea cualquier ley o reglamento ha de contar con el acuerdo de los tres grandes grupos políticos: socialistas, liberales y populares. Eso hace que la parte ideológica decaiga. En el Consejo Europeo, que es colegislador, hay veintisiete países. Francia y Alemania tienen muchísimo peso, pero España también va a poseer una influencia importante al contar con la presidencia.

–En los últimos días ha habido dos referencias importantes a nuestro país en Europa: la del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, que ha criticado la reforma de la malversación, y la de la eurodiputada húngara Enikó Gyóri, que ha arremetido contra los pactos de Sánchez. ¿Qué le han parecido?

–Unas declaraciones muy acertadas. Tenemos un Gobierno en España que ha rebajado el delito de malversación para contentar a sus compañeros independentistas. Si la malversación puede afectar a que no haya un control riguroso de los fondos que vienen de Europa, hay que seguirlo y asegurarse de que esa legislación casa con las normas europeas. Estamos recibiendo muchísimo dinero y no puede sembrarse la duda de que por contentar a los independentistas vayamos a rebajar nuestros controles. Una cosa es que eliminemos burocracia y otra que rebajemos el delito de modo que dilapidar fondos públicos no tenga apenas pena, y que vayan a un enriquecimiento personal. España debe solucionar la cuestión del Tribunal Constitucional antes de llegar a la presidencia de la Unión Europea. En cuanto a las palabras de la eurodiputada húngara, también me parecen muy bien. Siempre se pone a Hungría y Polonia como ejemplos de países que no respetan el Estado de Derecho, pero lo que está pasando en España es gravísimo. Muchas veces estos debates no llegan al pleno porque se bloquean. Me parece bien que en esta ocasión haya llegado. Lo que pasa en España es muy grave y no ocurre en ningún otro lugar de Europa.

–¿Cómo ha vivido allí el caso Puigdemont?

–Es un poco decepcionante todo lo que ha pasado con la lentitud de la justicia belga. Se le están abriendo las puertas de la vuelta a España. Tenemos otros dos compañeros, Comín y Ponsatí, que ya pueden volver. Es muy posible que, si solo le queda el delito de malversación y encima puede reducirse, volvamos a verle en España. Me parece indignante cuando oigo hablar a estas personas en el pleno. Solo hablan para despotricar de nuestro país. Que tengamos un Gobierno que les pone la vuelta a España en bandeja de plata es indignante, vergonzoso.