Análisis económico
Sánchez ha incrementado la deuda en 86.294 millones de euros en 2022
Este es un Gobierno de «derrochólicos». No saben vivir sin gastar
La web del Tesoro Público, que depende directamente de la ministra Calviño, acaba de publicar los datos a 31 de diciembre de 2022 de la deuda en circulación de la Administración General del Estado (AGE).
La cifra publicada corresponde solo a esta Administración y no contempla la deuda de las comunidades autónomas, ni de las corporaciones locales y, por lo tanto, habrá que sumarlas a esta cifra para obtener los datos definitivos de la situación de nuestro país.
Me imagino que en pocos días el Banco de España sacará su informe y podremos obtener el dato definitivo, pero el publicado ahora por el Tesoro no es nada esperanzador con respecto a la situación final del año.
El cierre de 2021 se produjo con una cifra nunca alcanzada anteriormente para la AGE (1,213 billones de euros), pero este año nos hemos vuelto a superar a nosotros mismos llegando a 1,299 billones.
Tenemos que recordar que, en el cierre del 2003, cuando deja de gobernar Aznar, la deuda en circulación alcanzó la cifra de 309.135 millones de euros. En el 2011, cuando deja de gobernar Zapatero, llegamos a tener en circulación 592.090 millones de euros y, en 2017, último año completo de Rajoy, ya estábamos al borde del abismo con 968.460 millones de euros.
Pedro Sánchez y su equipo nos han llevado sin parar de esa cifra a 1,004 billones en 2018, a 1,024 billones en 2019, a 1,134 billones en 2020, a 1,212 billones en 2021 y a la inconmensurable barbaridad de 1,299 billones en 2022.
Sánchez, con su gestión «brillante donde las haya y que le ha convertido en el faro iluminador para evitar que Europa se estrelle en las dificultades de entrar a puerto», él solo, ha generado 330.733 millones de más deuda en circulación.
Pero, como siempre, la clave es ver los números de lo acontecido en 2022, en donde el incremento de deuda en circulación es de 86.296 millones de euros, a pesar de haber recibido en el tiempo 31.000 millones de la Unión Europea para los fondos Next Generation y haber colocado en el mercado una cifra que nadie sabe, pero que desde luego es inferior a los 10.000 millones seguro.
Como podemos ver la deuda del Estado Central en 2021 se repartía entre Letras a corto plazo, 79.410 millones de euros, Bonos a medio y largo plazo en 1,078 billones de euros y en divisas, eurobonos y otros, había 55.854 millones.
La cifra más importante en Letras del Tesoro era a 12 meses, con 59.546 millones de euros, y en el caso de los Bonos, la parte más significativa eran 468.614 millones en Bonos a 10 años.
El Tesoro, y dado que los mercados van a ser mucho más duros, ha realizado una transformación de la deuda en Letras a deuda en Bonos en 2022.
Así, ha reducido la deuda en Letras un 5,7 %. Pero donde más ha hecho bajar su participación ha sido en las de 12 meses, que la ha hecho bajar en un 7,8 %. Tal ha sido el movimiento que hoy las Letras en circulación solo suponen el 5,8 %. Si vemos que, en la parte de divisas, eurobonos y otros, también ha seguido la misma estrategia, bajando el riesgo en circulación un 10,8 % y haciendo que esta partida solo suponga un 3,8 % del total de la deuda en los mercados.
Por otro lado, donde ha subido de forma exponencial la deuda en circulación ha sido en Bonos, que ha subido un 9 %, lo que equivale a 96.860 millones de euros más.
Esta parte de la deuda ha pasado a suponer el 90,4 % de la deuda, suponiendo casi un 40 % del total los Bonos y Obligaciones a 10 años que han llegado hasta los 517.000 millones de euros.
Esta es la foto de inicio de 2023, en donde nos encontramos con que el año de mayores ingresos de la historia de la Administración General del Estado, 33.000 millones de euros más a noviembre por la parte de los impuestos y 8.000 millones de euros más por las cotizaciones sociales, suman, a falta de un mes de ingresos, un incremento de 41.000 millones.
¿Que han hecho Calviño y su jefe para necesitar endeudarse 86.300 millones de euros más?
Por desgracia, solo una palabra sirve para explicar lo que ha pasado, y es la que utiliza el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) en sus campañas de publicidad: derrochar.
Este es un Gobierno de «derrochólicos», siguiendo su propia campaña de publicidad. No saben vivir sin gastar. Para hacer algo hay que gastar, no importa si sirve o no, lo único que importa es el gasto.
Con unos ingresos máximos, gracias a la inflación, con una inflación bajando, con una economía que se va a parar, ¿hasta dónde va a llegar la deuda de la Administración General del Estado?: hasta donde nos la compren los mercados.