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Los nuevos trenes de Cercanías de Cantabria se retrasaran por problemas en las medidas

Sin medidas

La gran chapuza de Renfe en Cantabria es un tren que no entra por los túneles

Los convoyes tardarán hasta tres años más en llegar por un error en las dimensiones

España vive su propia aventura con el tren de alta velocidad. Si la Expo de Sevilla en 1992 facilitó la construcción del AVE y abrió la puerta acercar otros destinos, en 2023 hay situaciones inverosímiles.

Lo del AVE a Extremadura y sus numerosos retrasos y velocidades dispares ha sido superado por la gran chapuza cometida por Renfe en Cantabria con 21 trenes de Cercanías que no podrán circular por sus vías hasta dentro de dos o tres años por un motivo tan simple como aterrador.

Nadie sabe o se quiere contar qué empresa aportó mal las medidas de gálibo lo que ha provocado que los convoyes no puedan circular por los números túneles de la comunidad autónoma, según cuenta El Diario Montañés.

Gálibo

Todo empezó en 2020 cuando Renfe Cercanías prometió que añadiría 21 nuevos trenes a la flota cántabra. La empresa encargada de construir los trenes fue Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) con las dimensiones de gálibo (altura y anchura) que les aportaran.

Esas medidas fueron las de los túneles nuevos, que no son los que hay por las vías cántabras, más bien son los estrechos del siglo XIX construidos en otra época y con otros sistemas.

Explicaciones

Nadie ofrece explicaciones más allá de la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, que durante su visita a Asturias sufrió retrasos y tuvo que admitir que los trenes cántabros no llegarían en plazo. «Había una disquisición en el pliego sobre el gálibo definitivo del material rodante» y añadió que «Lo tenía que resolver la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria para ver si eran homologables los productos de CAF». Para la secretaria de Estado este tema es una «prioridad absoluta» y avisa de que el plazo de entrega será «de dos a tres años para sacar el material».

Los 258 millones euros que se han pagado por esos convoyes han generado polémica entre las partes. Nadie sabe si las medidas las entrega mal Renfe como responsable del pedido o Adif, como titular la infraestructura. El Ministerio de Transporte tampoco ofrece explicaciones al respecto.

Alternativas

Durante todo este tiempo, todas las partes han estudiado las diferentes soluciones posibles, como aplicar los gálibos establecidos, pero que obligaría a fabricar unos trenes con unas dimensiones mucho menores de las actuales, lo que impactaría en las prestaciones a los viajeros.

También se barajó adaptar la infraestructura, lo que derivaría en unos plazos largos de ejecución y unos costes elevados, o aplicar una excepción. Finalmente, se decidió el método comparativo, con el que todas las partes, que lamentan el retraso, creen que se minimizará el impacto.

El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes sería el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.