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La recaudación sigue disparada. En la imagen, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.Paula Andrade

Sigue la fiesta de María Jesús Montero: casi 260.000 millones de ingresos tributarios en 2022, récord absoluto

El Estado disfruta de un llamativo incremento de la recaudación con el Gobierno de Sánchez, que podría utilizarse para reducir el déficit

El secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, afirmó hace unos días que el incremento final de la recaudación tributaria en el año 2022 será de un 15,51 %. El incremento sitúa la cifra total en 257.000 millones, 34.000 más que 2021, que también fue un año récord.

Los casi 260.000 millones de euros del año 2022 prácticamente doblan a los 114.023 del peor año de la crisis financiera, 2009, y rebasan en 60.000 millones el registro máximo logrado con la burbuja inmobiliaria: 200.676 millones en el año 2007.

Los Presupuestos Generales del Estado estiman que este año los ingresos tributarios crecerán hasta los 262.781 millones de euros. Son casi 50.000 millones más de los recaudados en 2019.

Hasta noviembre los ingresos tributarios han aumentado a 239.789 millones. La recaudación del IRPF ha crecido un 16 % hasta noviembre; la del Impuesto de Sociedades un 26,8 %; la del IVA un 16,2 % y los Especiales un 2,4 %.

La Agencia Tributaria calcula que entre 7.000 y 27.000 millones de la recaudación extra ingresada entre enero y agosto se debe a la inflación. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) le atribuye el 50 % de los ingresos extra de 2022 y el 70 % de los de 2023.

El esfuerzo fiscal, que mide la recaudación sobre el PIB per cápita, es en España un 52,8 % superior al promedio de la UE

España tiene un sistema fiscal cada vez peor en sí mismo y para el contribuyente. Según el Instituto de Estudios Económicos (IEE), la presión fiscal (porcentaje de ingresos fiscales sobre el PIB) ya supera la media europea: llegamos a un 42 %, frente al 41,7 % de Europa. Esta presión fiscal recaudatoria se va a seguir incrementando mediante la introducción este año de nuevos tributos o la reforma de los que ya existen. La tributación empresarial, el ahorro y la inversión se verán afectados. «Algunas de las principales economías de la OCDE consideran que los ajustes basados en incrementos tienden a prolongar las crisis y ralentizan la vuelta al crecimiento y la senda de reducción de la deuda pública, por lo que han procedido a bajar los impuestos», indican desde el IEE.

El esfuerzo fiscal, que mide la recaudación sobre el PIB per cápita, es en España un 52,8 % superior al promedio de la Unión Europea. Ninguna economía avanzada presenta un esfuerzo fiscal tan elevado como el nuestro.

Según datos de Eurostat, las empresas españolas aportan más a los ingresos tributarios de lo que lo hacen las de otros países europeos: contribuyen al 32,5 % de los ingresos públicos, mientras que en la media de la eurozona lo hacen con el 23,9 %. En relación con el PIB, la presión fiscal empresarial es del 10,8 % del PIB, frente al 10,2 % del promedio de la UE.

Todos estos datos llevan a que España tenga uno de los peores sistemas fiscales de las economías avanzadas. Según el Índice de Competitividad Fiscal elaborado por la Tax Foundation en Estados Unidos, ocupamos la posición número 34 entre los 38 países que analiza. Hemos empeorado en once puestos respecto a la posición número 23 en la que estábamos en el año 2019.

Como contaba el exeurodiputado Luis Garicano en una entrevista que publicamos el domingo, el Gobierno podría haber utilizado el exceso de ingresos fiscales producido por la inflación para eliminar el déficit estructural que lastra nuestra economía, pero lo que ha hecho es incrementar el gasto.