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José María Rotellar

El atractivo fiscal de Madrid

La nueva deducción en el IRPF redobla los incentivos a establecerse en la comunidad que dirige Isabel Díaz Ayuso

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado este pasado miércoles el anteproyecto de ley que permitirá la creación de una nueva deducción en el IRPF dirigida a atraer a Madrid nuevos contribuyentes que deseen establecerse en la región madrileña para vivir, trabajar o emprender y que con su patrimonio puedan contribuir al incremento del dinamismo regional. Dicha deducción por atracción de inversión internacional va dirigida a no residentes en España durante al menos los últimos cinco años.

Así, según el proyecto de ley que ya inicia su trámite legislativo y parlamentario, Madrid establecerá una deducción del 20 % en la cuota del IRPF de su inversión en todo tipo de activos –de cualquier parte del mundo, pero invertidos en ellos desde Madrid, salvo inmuebles, que han de estar radicados en la Comunidad de Madrid– para nuevos contribuyentes desde el primer céntimo de euro invertido. Para poder aplicársela, el contribuyente deberá mantener la inversión en dichos activos durante seis años, permitiendo una variación de inversión en activos, dentro de la cartera, pero con mantenimiento del mismo importe de inversión, computando como tal sólo el principal invertido, de manera que dicha deducción contará como único límite anual con la cuota del IRPF.

Dicha deducción se podrá aplicar de la siguiente manera en el espacio de seis años:

• En el año en el que se realiza la inversión si tiene cuota suficiente para poder compensar con la cuota de manera completa la deducción.

• De no agotar el importe de la deducción en ese primer año, la parte restante de la deducción a desgravarse podrá hacerlo a lo largo de los siguientes cinco ejercicios.

Esta propuesta redobla y refuerza el atractivo fiscal de Madrid, al volver a intensificar el carácter amigable de la región madrileña con la economía productiva, al drenar el menor dinero posible a los agentes económicos. De esa manera, beneficiará a todo tipo de contribuyente que cumpla con la no residencia fiscal previa en España durante los últimos cinco años e invierta en Madrid, con la importancia que supone para atraer grandes patrimonios que quieran ir a la Comunidad de Madrid, en contraposición con el freno que el impuesto de grandes fortunas de Sánchez puede suponer para la atracción de patrimonios y generación de riqueza. Así, con la presente deducción, se podrán captar ingresos con los que ahora no cuenta la región madrileña.

Adicionalmente, en momentos de crisis se incentivará, con esta medida, la canalización del ahorro hacia la inversión productiva de las empresas, que genera actividad económica y puestos de trabajo. De hecho, Madrid estima que dicha medida puede generar una ganancia adicional de 124,71 millones en recaudación; 886 millones más en PIB; y 12.448 empleos más por cada 1.000 millones de euros de nuevos fondos que se canalicen hacia la inversión en activos.

En definitiva, es una medida positiva, porque atraerá nuevos patrimonios, que incrementarán la canalización del ahorro a la financiación empresarial, beneficiando, de nuevo, a toda la población vía empleo y aportando recaudación adicional para prestar servicios.

Al mismo tiempo, favorecerá también a las empresas, que encuentran más ahorro para financiarse en un momento de encarecimiento de la misma, con lo que tienen más opciones de contener costes. De esa manera, dinamizará los mercados financieros españoles, fortaleciendo a Madrid como plaza financiera y, por extensión, a España. Todo ello, sin coste fiscal, al ser nuevos contribuyentes.

Es, por ello, una medida atractiva, positiva a nivel nacional y que vuelve a señalar a Madrid como entorno de impuestos bajos y eliminación de obstáculos para la prosperidad y el empleo de todos los ciudadanos, al tiempo que refuerza la solidaridad de los grandes patrimonios –a los que Sánchez está persiguiendo con su impuesto a las grandes fortunas, generando un incentivo perverso para que se vayan de España, lamentablemente, que hará que se pierdan recursos que puedan ser canalizados hacia la inversión, la actividad y, por tanto, hacia la creación de puestos de trabajo– con toda la sociedad, al incrementar, indirectamente, las oportunidades de empleo.

Este potencial incremento de ingresos que no se percibían en ningún lugar de España, al estar destinado a los no residentes en territorio nacional durante, al menos, los últimos cinco años, aumentarán los ingresos de la Comunidad de Madrid y su aportación al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales del Sistema de Financiación Autonómica, que redundará en incrementar, todavía más, la solidaridad de Madrid con el resto de CCAA de régimen común, siendo, por tanto, una medida beneficiosa para toda España.

Es la diferencia entre una política económica que beneficie a los ciudadanos y empresas, atrayendo fondos que generen actividad económica y empleo, que es la que refuerza la Comunidad de Madrid con esta nueva deducción, y la política económica de Sánchez, que expulsa la riqueza y empobrece al conjunto de la sociedad con sus nuevos impuestos, ya que la pérdida de recursos desembocará en una caída de actividad económica y en una pérdida de puestos de trabajo, que perjudicará a todos, pero todavía más a las personas en situación más desfavorecida. En definitiva, es la diferencia entre una política de prosperidad, la de la bajada de impuestos, y una política regresiva, la de Sánchez, basada en subir impuestos y poner trabas al crecimiento económico y al empleo.

  • José María Rotellar es profesor de la Universidad Francisco de Vitoria