Análisis económico
¿Realmente ha bajado un 11 % en enero el precio de la electricidad, el gas y los combustibles?
Lo que de verdad debería hacer el INE es publicar dos series durante este año hasta que los precios dejen de compararse con el año anterior
El Gobierno anda necesitado de buenas noticias. Para lograrlas es capaz de cualquier cosa: desde tergiversar la información y sacar un documento de 8 páginas de Power Point para decir que en enero se han autorizado un tercio de los recursos de este año en fondos europeos Next Generation, cosa que ni después de haberse bebido la cosecha entera de Ribera del Duero se atrevería alguien a afirmar tal disparate, a decir que la estabilidad presupuestaria que lleva el Gobierno ha permitido reducir 5 puntos el endeudamiento de nuestro país.
Nadie, ni siquiera el Ministerio de Hacienda, sabe exactamente cómo están los fondos Next Generation y, desde luego, aumentar la deuda de nuestro país a 1,505 billones de euros, que implica un aumento anual de 75.000 millones de euros, no es conseguir estabilidad presupuestaria.
Pero, ya lo decía el mejor manejador de la información falsa en el mundo, el hombre de confianza de Hitler y su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels: lo importante es repetir muchas veces una mentira, que así se convierte en realidad.
Y eso es exactamente lo que está haciendo este Gobierno: repetir muchas veces las mentiras, para que, al repetirlas sin parar, la población al final adormecida por los medios de comunicación afines, terminan creyendo que los fondos Next Generation están llegando a las empresas y que no solo no nos hemos endeudado, sino que este Gobierno gestiona con rigor las finanzas públicas.
Lo mismo nos ha pasado con el IPC. Gracias al tremendo cambio en la forma de calcular el índice de precios de la electricidad, gas y otros combustibles, en un solo mes ha bajado un 11 %.
La nota de prensa que emite el INE con los resultados del mes de enero nos comunica que el IPC ha bajado un 0,2 %, pero que anualmente se ha ido al 5,9 %. Nos dice lo siguiente: «El Índice de Precios de Consumo (IPC) que publica hoy el INE incorpora novedades metodológicas. Se trata de cambios relevantes en la medición del IPC, para los que ha sido preciso un desarrollo específico tras la implantación del cambio de base, el pasado año. El primero de ellos se refiere a la ampliación de la cobertura de los mercados del gas y de la electricidad, con la incorporación de la parte relativa al mercado libre de ambos sectores. Para llevar a cabo dicha ampliación ha sido preciso realizar un proceso de adaptación de la información sobre precios del mercado libre de ambos sectores para hacerla compatible con las exigencias metodológicas del IPC».
En definitiva, que el nuevo cálculo al que ha obligado el ministerio de Economía, para «adaptar» el IPC, tiene como consecuencia que el subíndice 045 Electricidad, gas y otros combustibles haya pasado en el mes de diciembre de 2022 de estar en 109,915 a, en enero de 2023, en 97,859, lo que significa que en un solo mes el precio indexado de la electricidad, gas y otros combustibles haya bajado un 11 % sobre el mes anterior.
No tengo ninguna duda de que los cálculos del INE son correctos, y al meter el mercado libre, que antes no estaba en el cálculo del índice de precios, este ha bajado a 97,859. Lo que digo es que estamos midiendo peras con manzanas.
Lo que de verdad debería hacer el INE es publicar dos series durante este año hasta que los precios dejen de compararse con el año anterior y tener dos resultados: el de la serie antigua, para saber la realidad con el año 2022, y la serie nueva, que nos servirá para medir la inflación a partir del 2024.
Veamos cómo han quedado los subíndices de alimentos y energía:
Dentro del subíndice 01 Alimentos y bebidas no alcohólicas, los dos subíndices crecen en enero, los alimentos un 0,3 % y las bebidas, que al ir envasadas en plástico la mayoría de ellas se han encarecido por el nuevo impuesto del Gobierno, y han subido un 1,5 % en el mes de entrada en vigor del nuevo impuesto.
Por otro lado, el subíndice 04 de Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, cae un 4,2 %, pero podemos ver que la vivienda sube un 0,2 %, la conservación y reparación de la misma sube un 0,4 %, el suministro del agua y otros servicios sube también un 0,4 % y el subíndice 045, electricidad, gas y otros combustibles baja un 11 %.
Sólo por esto ya deberíamos tener dos series, para saber la realidad de lo que está pasando en nuestra economía, pero es que además el INE cambia también la ponderación de los subíndices y, casualidades de la vida, sucede que:
- 1) La ponderación del subíndice 01 pasa de suponer el 22,6 % del total del peso del índice de precios a suponer un 19,6 %, que supone una pérdida de importancia del 13,3 % de importancia.
- 2) La ponderación el subíndice que nos ha llevado también por la calle de la amargura que ha sido durante todo el año el 04 sobre todo por la electricidad y el gas, pasa de suponer un 14,2 % de peso a un 12,7 %, lo cual supone una pérdida de importancia del 10,6 %.
Con estos dos datos adicionales podemos dejar bien claro que no es cierto que el IPC de enero, comparado con el de diciembre, haya bajado un 0,2 %, entre otras razones porque no estamos comparando lo mismo. En segundo lugar, que el INE debería mantener las dos series durante al menos 1 año, para saber cuándo de verdad empezamos a controlar la inflación.
Si las buenas noticias son mentiras y el Gobierno utiliza métodos no ortodoxos para informar, tenemos un problema, y es que este Gobierno nos quiere tratar como un rebaño de ovejas.
Y yo lo siento: prefiero ser persona, que no animal.