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El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, interviene durante el acto de entrega del Premio Navarra EmpresarialEuropa Press

Empresa

Garamendi acusa al Gobierno de «destrozar a las personas» y ve «peligroso» su trato a Ferrovial

El presidente de la patronal alerta sobre la «demonización» a los empresarios por parte de PSOE y la extrema izquierda

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha calificado de «increíble, absurda y peligrosa» la reacción del Gobierno al anuncio de Ferrovial de que trasladará su sede social a Países Bajos.

También ha avisado a Pedro Sánchez de que señalar, con nombres y apellidos, a Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, genera «desconfianza» entre los inversores.

Clima antiempresa

Una vez consolidado en su puesto como presidente de los empresarios, Garamendi se ve con fuerza para denunciar el maltrato al que somete la extrema izquierda a los empresarios. Hace unas semanas fue Ione Belarra la que cargaba contra Mercadona. Los bancos y las eléctricas también han sido señalados y condenados a pagar unos impuestos extra por sus beneficios. Este el «clima antiempresa» que comenta Garamendi tras la respuesta del Gobierno a la salida de Ferrovial.

El problema, según el presidente de la CEOE, no es tanto que se culpe a la empresa, sino a personas concretas con nombres y apellidos. «Se miran personas, se buscan personas y se intenta destrozar a las personas», ha denunciado Garamendi en alusión a las críticas que han realizado miembros del Gobierno a empresarios como Juan Roig (Mercadona) o Amancio Ortega, fundador de Inditex.

En declaraciones a Onda Cero, el presidente de la CEOE ha asegurado que los empresarios «son la solución, no el problema» y ha insistido en que reacciones como las de Pedro Sánchez a la marcha de Ferrovial suponen un «mensaje muy malo en España y a los inversores extranjeros».

A Garamendi no le consta que haya otras empresas tratando de imitar a Ferrovial, pero ha pedido «respeto» a la compañía y «aún más respeto» a los empresarios de la compañía: «Ojalá en España hubiera más Rafaeles del Pino, padre e hijo», ha subrayado.

Ojalá en España hubiera más Rafaeles del Pino, padre e hijoAntonio Garamendi, presidente de la CEOE

«Imagina un Juan Roig o un Amancio Ortega en cada provincia de España, sería maravilloso», ha añadido Garamendi, que ha advertido de que los mensajes diarios de «castigo» a las empresas por parte de algún ministro o ministra generan un mensaje «de falta de confianza muy grande».

«En estos momentos, las empresas españolas están mirando el mercado norteamericano como mercado de futuro porque les da más confianza«, ha apuntado el líder de CEOE, que considera que España debería tener al mundo empresarial »entre algodones«. »Parece que cuando una empresa española se convierte en multinacional se ha convertido en un ogro», critica Garamendi.

Seguridad jurídica

Preguntado por si a las empresas les ha ido «muy bien» con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, como aseguró ayer la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, Garamendi ha respondido que lo que quieren los empresarios es un gobierno «que genere seguridad jurídica, estabilidad regulatoria, calidad de la norma y confianza». «Pediría volver a la tranquilidad y a la mesura», ha dicho.

Garamendi ha mostrado su respeto a la decisión de Ferrovial «como parte de su estrategia de expansión internacional, por seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y calidad de la norma». «Muchas veces la palabra es confianza», ha proclamado el dirigente empresarial, que ha hecho hincapié en que la empresa se traslada a un país europeo que «no es un paraíso fiscal».

Ferrovial no le debe nada a nadieAntonio Garamendi, presidente de la CEOE

El líder de la CEOE ha recordado que Ferrovial es una multinacional que genera 5.500 empleos en España y que aporta más de 280 millones de euros en impuestos. «La familia Del Pino son unos grandes empresarios y grandes creadores de riqueza en España», ha apuntado.

Garamendi ha remarcado que «Ferrovial no le debe nada a nadie» y que cuando ha conseguido una obra es porque ha ganado un concurso y ha dicho al Gobierno que si quiere que España sea un país atractivo, «es importante incentivar que esas empresas se sientan a gusto en este país». «Las campañas de descrédito no son lo más oportuno», ha añadido.