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La sede central del banco tras la toma de posesión por parte del GobiernoEFE/EPA/GEORGE NIKITIN

¿Hay riesgo de crisis global por el Silicon Valley Bank? En principio no, pero ojo

Hablamos con los economistas Daniel Lacalle y Juan Ramón Rallo para conocer su visión

El economista Daniel Lacalle explica que la caída del Silicon Valley Bank se corresponde con lo que técnicamente se llama corrida bancaria: se produce un descuadre importante entre los pasivos y los activos, empiezan a reducirse los depósitos, aparece un volumen relevante de pérdidas no realizadas en el portafolio de bonos soberanos y activos ligados a hipotecas y llega un momento en el que las pérdidas no realizadas (pérdidas en papel: en activos cuyo precio ha disminuido pero aún no se han vendido) llegan a los 17.000 millones de dólares, superan al valor en Bolsa de la compañía y la convierten en inviable. Es el problema de este tipo de bancos, que tenían en su portafolio bonos soberanos a largo plazo con una liquidez muy baja y comprados a valoraciones muy elevadas, consecuencia de la política monetaria ultraexpansiva y del exceso de los tipos reales negativos. Esos activos que estaban en el balance para dar estabilidad, para servir como colchón, se convierten de repente en un activo que tiene la misma o mayor volatilidad y pérdida patrimonial que los supuestamente más agresivos, como las inversiones en tecnología, capital riesgo o renovables. Hasta aquí la explicación técnica de lo ocurrido en este banco especializado en empresas tecnológicas intervenido hace unos días después de suponer la mayor quiebra bancaria en Estados Unidos desde el año 2008, y ahora, las consecuencias.

¿Hay riesgo de contagio? «Lo hay, porque existe ese mismo riesgo en el balance de muchas entidades financieras. Ese riesgo de contagio llegará si se produce una pérdida de confianza generalizada en los bancos. No debería ocurrir, porque ni los bancos norteamericanos ni los europeos están en una situación como la de 2008; ni de lejos: ni en capitalización, ni en liquidez, ni en medidas contra el riesgo… Las medidas de revisión de riesgo han sido muy elevadas. El nivel de capital de máxima calidad, de solvencia y de liquidez de los bancos europeos es muy grande, y además tienen muy poca exposición a activos a largo plazo descalzados como los que tenía Silicon Valley Bank, y sobre todo sin cubrir esa exposición. Debemos ser cautelosos en el sentido de que puede haber riesgos de valoración en el mercado, pero tenemos que ser conscientes de la realidad de una banca que está mucho mejor capitalizada, mucho más preparada para shocks externos y muchísimo mejor orientada a una situación como la actual. De hecho, hemos visto como los CoCos (bonos de capital) en la estructura de los bancos europeos no se han desplomado de manera salvaje, algo que habría sido un indicador de pérdida de confianza».

El economista Juan Ramón Rallo remarca que de momento el efecto contagio no existe: «Por lo que ha pasado hasta ahora, no hay efecto contagio directo en ningún caso. Los bancos europeos no están expuestos a nada de lo que está vinculado con el Silicon Valley Bank. Podrían haberlo estado a través del mundo de las criptomonedas, ya que uno de los bancos acreedores de Silicon Valley Bank emitía activos de este tipo, pero como se ha rescatado a los depositantes y por tanto también a este banco acreedor, no hay ningún contacto directo». Otra cuestión es que puedan producirse contagios indirectos: «Que cada vez más agentes en el sistema financiero se estén dando cuenta de que hay tensiones financieras por todas partes debido a la subida de los tipos de interés, no sepan cuál de ellas va a estallar y eso les lleve a refugiarse en activos como la deuda pública. Esto explica también por qué están cayendo los tipos de interés en la deuda pública, porque en gran medida están actuando como activos refugio frente a lo que pueda pasar en el sistema financiero», añade el economista.

¿Serán los casos de Silicon Valley Bank, Silvergate y Signature Bank los primeros y los últimos en caer, o habrá más en Estados Unidos? «Depende. Habrá que ir banco por banco. La casuística puede ser muy variada. Hay bancos regionales que están en una situación de liquidez comprometida y que pueden tener que liquidar ahora activos a largo plazo que se hayan depreciado. Si los tienen asegurados, el daño sería menor. Es difícil saberlo, pero como allí la política contractiva (subida de tipos) ha ido más lejos que aquí, también aparecen más episodios de tensión financiera», explica Rallo. El economista indica que las subidas de tipos de interés están dañando las inversiones a largo plazo de los bancos. Si los bancos no tienen que liquidar ahora esas inversiones que se han depreciado porque tienen liquidez suficiente, no les pasa nada porque no se materializan las pérdidas, pero si tienen que hacerlo en el contexto actual de tipos de interés altos y crecientes, «sufrirán pérdidas, pueden descapitalizarse y caer en suspensión de pagos», aclara Rallo.

La situación no es fácil. Para luchar contra la inflación, hay que subir los tipos de interés y drenar liquidez. «En ambos casos estás yendo en la mala dirección (para esos activos a largo plazo). Estás depreciando más los activos a largo plazo y asfixiando la posición de liquidez de los bancos, forzándolos a vender activos depreciados hasta que se plantee una pausa en la política monetaria contractiva de los bancos centrales», indica Rallo.

La subida de tipos de interés está provocando fracturas en el sistema financiero. La de estos tres bancos ha sido la primera, y nadie sabe cuál puede ser la siguiente: «¿Es esta fractura la última que va a haber? Probablemente no. También estamos viendo allí, por ejemplo, caídas de precios en los inmuebles comerciales, en los de oficinas, que reducen el valor de la garantía de las hipotecas sobre los locales comerciales. Si hay una ronda de impagos de hipotecas comerciales, podemos tener un problema por ese lado. ¿Va a ser lo siguiente en romperse? No lo sabemos. Puede ser otra cosa. La tensión financiera se va acumulando en muchas partes del sistema», afirma Rallo.

La crisis actual no parece de momento tener mucho que ver con la anterior: «La actual es más un crisis de liquidez y la anterior fue de solvencia. En la anterior los hipotecados y todos los que estaban alrededor no podían pagar, y ahora ocurre que los activos son a un plazo muy largo y su valor presente se deteriora. Es verdad que la crisis anterior también se disparó por una crisis de liquidez, pero el problema subyacente era de solvencia. Ahora el problema subyacente no es de solvencia, pero puede producirse por tener que liquidar anticipadamente esos activos a largo plazo».

¿Qué ocurrirá en España? La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, dijo que no había que preocuparse «porque los bancos españoles tienen una situación saneada». ¿Es tranquilizador? «Probablemente lo sea en el sentido de que ha habido un mayor cuidado de los riesgos que en la anterior crisis financiera, pero, obviamente, si hubiese una crisis financiera mundial, la banca española no saldría indemne», sostiene Rallo. En opinión de este economista, el mensaje de Calviño es «irrelevante», pues «aunque la situación fuera calamitosa, los políticos dirán que la situación es muy buena para no generar pánico adicional».