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Draghi ONU

El expresidente del Banco Central Europeo, Mario DraghiAFP

Análisis económico

Draghi hizo su trabajo, y eso va a evitar un efecto dominó en la banca europea

El fondo de rescate para la banca ronda los 64.000 millones de euros, listos para actuar en caso de necesidad

Cuando se anunció la quiebra del Silicon Valley Bank, leí a Daniel Lacalle que había que tranquilizar a los depositantes/ahorradores de que esta no es una crisis que va a generar otra parecida o similar a la del 2008.

La crisis de Lehman Brothers, que fue la espita que abrió la explosión de la crisis del 2008, nos debería haber preparado mucho y bien para que la quiebra del Silicon Valley Bank nos deje a los europeos tranquilos.

Hoy, y posiblemente contra mucho de lo que se está escribiendo, voy a tratar de explicar que si el BCE ha hecho bien su trabajo, hoy no deberíamos tener en la zona euro ningún tipo de problema, y que cualquier problema que venga es perfectamente subsanable sin grandes inconvenientes.

En plena salida de la crisis, Mario Draghi, al que nunca la Unión Europea podrá agradecer lo suficiente su trabajo y sobre todo como salvó al euro, a la Unión Europea, a Italia y a España, tomó muchas, buenas y grandes decisiones que sirvieron en aquellos momentos para evitar el gran crack europeo y para demostrar que hoy la banca de la zona euro está preparada para evitar un riesgo sistémico de nuestra organización financiera.

Así, en 2014 anunció la creación del Single Supervisory Mechanism (SSM) o Mecanismo Único de Supervisión, también conocido por MUS.

El Mecanismo Único de Supervisión es el sistema de supervisión bancaria europea integrado por el BCE y por las autoridades de supervisión nacionales de los países participantes.

Los objetivos principales de la supervisión bancaria europea son velar por la seguridad y la solidez del sistema bancario europeo, potenciar la integración y la estabilidad financieras en Europa y asegurar la coherencia de la supervisión.

Por lo tanto el BCE se encarga de la supervisión bancaria y establece un enfoque común para la supervisión diaria, adopta medidas de supervisión armonizadas así como medidas correctoras y asegura la aplicación coherente de los reglamentos y normativas en materia de supervisión.

Y, por lo tanto, el BCE es competente para realizar revisiones supervisoras, inspecciones in situ e investigaciones, «conceder o revocar licencias bancarias», «evaluar adquisiciones bancarias y ventas de participaciones», «asegurar el cumplimiento de las normas prudenciales de la UE» y «aumentar los requerimientos de capital para prevenir riesgos financieros».

En su informe de 2021, el BCE indica en su página web dedicada al MUS, sobre la banca europea, que:

  1. El coeficiente de capital ordinarios de nivel 1 de los bancos alcanzó el 15,6 % en 2021.
  2. El rendimiento de los fondos propios de los bancos aumentó hasta el 7,2 %, el nivel mas alto en los últimos años.
  3. El Consejo de Supervisión del BCE adoptó 2.362 decisiones. La mayoría de estas decisiones de supervisión estaban relacionadas con los procedimientos de evaluación de la idoneidad, modelos internos, fondos propios (9,5 %), competencias nacionales y participaciones cualificadas.

Demuestra el control que tiene establecido el BCE para saber exactamente cómo se encuentran todas las entidades financieras de la zona euro.

Pero por si esto no fuese suficiente, el BCE creó lo que se llama el Single Resolution Fund (SRF) o Fondo Único de Resolución, que es un fondo de emergencia al que se puede recurrir en tiempos de crisis.

El FUR garantiza que el sector financiero en su conjunto asegure la estabilización del sistema financiero. Todos los bancos de los 21 países de la unión bancaria deben pagar anualmente por ley una cuota al FUR. Estas tasas se denominan contribuciones.

Esto significa que todos los bancos constituyen un fondo, y por lo tanto que los contribuyentes no son los primeros en inyectar dinero a un banco en caso de que se necesite financiación adicional, ya que la legislación de la UE obliga a todos los bancos a pagar anualmente al fondo.

El FUR se está constituyendo a lo largo de un período de 8 años (2016-2023) y alcanzará al menos el 1 % del importe de los depósitos cubiertos de las entidades de crédito de los 21 países de la unión bancaria. En julio de 2021, el FUR es de aproximadamente 52.000 millones de euros.

Esto quiere decir que a finales de este año el «fondo de rescate» rondará los 64.000 millones de euros, listos para actuar en caso de necesidad.

Todo ello sin contar con las capacidades locales de la propia banca de cada país, de la fuerza de los gobiernos de los 20 países que forman el Eurogrupo, sin contar con el poder de la Comisión Europea y de la capacidad de reacción del Banco Central Europeo.

Antes de su marcha del Banco Central Europeo, Mario Draghi quiso dejar una herencia que siempre deberemos tener en cuenta: su mecanismo de supervisión, que dio muchos dolores de cabeza a muchos bancos europeos, incluidos los españoles, y la creación del Fondo de Resolución, que esperemos que nunca deba usarse para rescatar a ninguna entidad financiera.

Creo que con los explicado, puedo dar tranquilidad como pide Daniel Lacalle a los depositantes europeos y que piensen que la UE aprendió la lección, pero sobre todo quien leyó mejor lo que hacer fue el italiano, presidente del BCE que será recordado por su frase Whatever it takes (Lo que haga falta).

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