¿Y si el dinero caducara? El oscuro reverso de las monedas digitales

Desde Bruselas se trabaja en un euro digital. Una moneda controlada por el Banco Central Europeo que permita hacer transacciones más rápidas y seguras. Las pruebas de este sistema ya se están haciendo en algunos países para valorar posibles problemas de uso.

El euro digital no tiene nada que ver con el bitcoin o Ethereum o cualquier otra cirptomoneda. En este caso, son monedas descentralizadas, es decir, no están sometidas a control alguno de bancos o gobiernos y son los propios usuarios mediante el blockchain los que aprueban los movimientos.

Yuan digital

Ahora el mundo mira a China. Ese país tan comunista como capitalista que somete a sus ciudadanos a una red infinita de cámaras de reconocimiento que cuelgan sus fotos en grandes pantallas cuando cometen una infracción para escarnio público. Y, de paso, se cobran la multa correspondiente directamente de sus cuentas corrientes.

Ese intervencionismo también llega al yuan digital. La moneda digital que lleva años en proceso de pruebas, aunque no acaba de hacerse realidad por el enorme peligro para su economía si el valor no es lo suficientemente seguro.

Aunque la información sobre el yuan digital es muy escasa, sí que hay medios que hablan de que China quiere que sea un valor programable. Esto ataca, una vez más, las libertades de la población que vive en una aceptación constante de reducción de derechos.

Si China puede ponerle fecha de caducidad a su moneda, se abre un abanico terrorífico de posibilidades que darían la razón a Jean Silvio Gesell, un economista belga que vaticinó en 1889 que el dinero no sería eterno y por el que habría que pagar para que no venciera.

Este visionario de la economía mundial ve ahora como su idea toma forma y China podría controlar el gasto, la demanda, evitaría el ahorro y obligaría a gastar más a sus ciudadanos en épocas de recesión.

Pesadilla digital

Los avances que pueden proporcionar las monedas digitales tienen su parte de pesadilla si caen en las manos equivocadas. No hace falta irse a China para pensar que puede hacerse realidad. En España, la extrema izquierda liderada por Podemos podría apostar por un sistema así en vistas de sus políticas de nacionalización de empresas, subvenciones y control absoluto que quieren imponer.

Imaginemos una España donde el euro digital permita a un gobierno prohibir compras a sus ciudadanos por no haber votado en las últimas elecciones o por lanzar opiniones contrarias al poder en las redes sociales.

Es importante llamar la atención sobre el dinero Gesell y la posibilidad de que el modelo digital de economía sirva para hacerlos aún menos libres.