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El barril de Brent ha caído por debajo de los 72 dólares.Europa Press

¿Por qué está el Brent en mínimos?

La situación financiera está afectando al precio del crudo, pero no significa que la gasolina y el gasóleo vayan a bajar

Con los mercados de todo el mundo todavía sobrecogidos por el colapso de varias entidades bancarias, el precio del petróleo ha caído a mínimos. La preocupación de un efecto contagio en el sistema financiero mundial ha dejado al Brent por debajo de los 72 dólares el barril. Lamentablemente, no parece que el precio de la gasolina vaya a bajar.

«Está directamente impulsado [el precio] por las finanzas y no tienen nada que ver con la oferta y la demanda de petróleo», señaló a Reuters uno de los delegados de la OPEP, que espera que la situación «se normalice pronto».

La pregunta que se hacen los analistas es cuánto bajará. Warren Patterson y Ewa Manthey, expertos de ING señalan que dependerá en gran medida de la OPEP y de Estados Unidos.

«Dada la escala del movimiento, es posible que la OPEP decida intervenir para estabilizar el mercado, aunque hasta ahora, el grupo ha estado muy tranquilo. En cuanto a EE.UU., el Gobierno había dicho anteriormente que buscaría recargar sus reservas estratégicas de petróleo siempre y cuando el WTI se negocie a alrededor de 70 dólares el barril en la región», añaden.

En cualquier caso, esto no significa que el precio de la gasolina vaya a bajar. La gasolina y el gasóleo, derivados del crudo, tienen su propia mercados internacionales y cotizaciones que, aún relacionadas con la materia prima, responden a sus propias dinámicas de oferta y demanda.

Según explica la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos, el precio de los carburantes «está constituido por dos elementos principales: el precio antes de impuestos y los impuestos». «El primero lo forman la cotización internacional de los carburantes, es decir, su coste al por mayor, al que hay que añadir los costes de distribución y márgenes mayorista y minorista», comentan.

Con los precios actuales, el 42% y 50% del precio final de la gasolina y del gasóleo, respectivamente, lo forma su cotización internacional y, en último lugar, los márgenes y costes de distribución, que suponen entre el 14% y el 11%.

Estos incluyen todos los costes desde la salida del carburante de la refinería, hasta que llega a las estaciones de servicio, es decir: transporte, almacenamiento, mantenimiento de existencias mínimas de seguridad, costes de comercialización y explotación de la estación de servicio, margen minorista y otros costes adicionales, como la contribución al Fondo Nacional de Eficiencia Energética, la incorporación de biocombustibles, etc.