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Los días que pusieron al sector bancario en viloLu Tolstova

Silicon Valley Bank, Credit Suisse, Signature... once días que dejaron al mundo en vilo

Una serie de acontecimientos provocaron la quiebra de tres entidades y el desplome de otras dos, extendiendo el miedo en todos los mercados

En apenas once días, una serie de acontecimientos provocaron la quiebra de tres entidades y la casi desaparición de otras dos. Una situación que despertó el pánico de los inversores a una nueva crisis financiera como la sucedida en 2008 tras la caída de Lehman Brothers.

Todo comenzó con Silvergate, el banco centrado en criptomonedas. Tras varios meses de caídas generalizadas en el mundo de las criptodivisas, la quiebra de FTX y la nueva regulación para el mercado de criptoactivos llevó a esta entidad con sede en La Jolla, California, a anunciar a comienzos de marzo la liquidación de sus operaciones.

«A la luz de los desarrollos regulatorios, Silvergate cree que una liquidación ordenada de las operaciones del banco es el mejor camino a seguir. El plan de reducción y liquidación del banco incluye el reembolso total de todos los depósitos. La compañía también está considerando la manera de resolver los reclamos y reservar el valor residual de sus activos», señalaba en una nota de prensa.

Tras la retirada de más de ocho mil millones de dólares en depósitos, Silvergate había reconocido pérdidas de mil millones en el último trimestre.

Apenas unos días después, los reguladores notificaron el cierre del Silicon Valley Bank (SVB) para evitar una crisis en el sistema bancario. Especializado en empresas tecnológicas, esta entidad había estado manteniendo una pequeña parte de sus depósitos en efectivo e invirtiendo el resto en comprar deuda a largo plazo. Con la subida de tipos de interés para combatir la inflación, reduciendo la seguridad de las inversiones.

Cuando la compañía anunció su intención de vender 1.800 millones en acciones para hacer frente a sus pérdidas, las acciones del banco se desplomaron un 66 %, lo que llevó al regulador financiero a intervenir para intentar frenar el contagio.

Pero apenas 48 horas después, las autoridades informaban del cierre del Signature Bank, en la considerada tercera mayor quiebra de la historia de Estados Unidos. Tras el colapso de SVB, los clientes acudieron en masa para retirar miles de millones de dólares y provocaron el posterior colapso en bolsa, por lo que los reguladores también se vieron forzados a intervenir.

Fundado en 2001, Signature Bank era toda una institución financiera y contaba con activos por valor de 110.000 millones en activos y casi 89.000 millones en depósitos. Ahora se ha conocido que el Departamento de Justicia de Estados Unidos estaba siendo investigado por el posible lavado de dinero por parte de sus clientes.

El último que ha sufrido el efecto contagio por el caso de SVB ha sido First Republic Bank. La retirada de depósitos dejó al banco al borde de la quiebra y varias entidades financieras del país se unieron para rescatar a la entidad con un plan de 30.000 millones de dólares para garantizar los depósitos.

A pesar de la ayuda financiera, las acciones de este banco no han parado de caer y sus responsables están trabajando con JP Morgan para buscar una salida.

El pánico cruza el charco

En Europa tampoco nos salvamos del efecto contagio. La pasada semana, el mayor inversor de Credit Suisse, una entidad con más de 150 años de historia, advirtió que no realizarían nuevas inyecciones de capital para evitar cambios regulatorios. Ese mismo día, las acciones del banco cayeron un 30 % desatando el pánico entre los inversores.

Esta entidad ya llevaba un tiempo bajo la atenta mirada de la Autoridad Suiza Supervisora del Mercado Financiero (FINMA) por las sucesivas irregularidades financieras y los escándalos protagonizados por algunos de sus responsables.

Mientras el resto de bolsas europeas comenzaban a mostrar señales de contagio, el Banco Central Suizo anunció un rescate por valor de 54.000 millones para reforzar su liquidez. Tras una negociación a contrarreloj, las autoridades helvéticas comunicaron la compra de Credit Suisse por su rival UBS por 2.000 millones de dólares.

¿Persiste el riesgo?

De momento, los mercados mantienen una tensa calma chicha a la espera de conocer la decisión de la Fed sobre los tipos de interés. Según Paul O’Connor, responsable de multiactivos de la gestora Janus Henderson, «a pesar de todo» parece «erróneo» interpretar los recientes acontecimientos como indicios de una crisis bancaria global, aunque «probablemente también sería erróneo considerarlos como hechos aislados dentro de un sistema financiero más amplio».
«La aparición de señales de tensión en el sistema bancario cambia las reglas del juego de la política monetaria. A grandes rasgos, parece razonable esperar un endurecimiento de las condiciones de préstamo en el sector financiero y un menor impacto en la confianza y la actividad de las empresas y los consumidores. En un entorno de tanta fragilidad financiera, esperamos que los bancos centrales den cada vez más prioridad a la estabilidad financiera junto a su búsqueda de la estabilidad de precios», añade.