Crisis energética
La excepción ibérica, el regalo de Sánchez a Francia y Marruecos que pagan los españoles
El Gobierno creó un problema donde no lo había que ha costado millones de euros en la factura y en la importación de gas ruso
La excepción ibérica fue la solución mágica que Pedro Sánchez presentó el Bruselas rodeada de un teatro digno de Broadway. El presidente impuso su idea con un guion que, según la prensa afín, incluía salir de la sala de reuniones con un monumental enfado tras elevar el tono en algunas respuestas.
La Unión Europea dio el visto bueno al tope al precio del gas que se utilizaba para producir electricidad y Portugal se unió a la causa desde la discreción y sin hacer ruido como parte de la península ibérica.
Quedaban tres actores por entrar en escena en el sainete internacional de Pedro Sánchez para evitar que un supuesto invierno siberiano disparase el precio del gas a más de 500 euros kW/h en España y las protestas en la calle pusieran el riesgo su gobernanza.
En noviembre de 2021 Argelia y Marruecos despiertan sus históricas malas relaciones y los argelinos deciden cortar el gas a sus enemigos, aunque aseguran que no hay problema para España, uno de sus principales clientes.
Provocación
En ese momento, Pedro Sánchez decide dar un giro de 180 grados a la postura histórica de España con Argelia y ordena que se permita a Marruecos importar gas licuado mediante el gasoducto que cortó Argelia.
Esto se toma como una provocación por parte de Argelia que amenaza con romper, a las puertas del invierno, su contrato con España. Los medios argelinos se apresuran a publicar que Argelia cortará el gas a España si lo reenvía a Marruecos y Sánchez se queda en medio de dos socios poco fiables.
Ese giro que medita Sánchez se lleva a cabo la noche del 18 de marzo de 2022 cuando Marruecos filtra la noticia que hace saltar todas las alarmas internacionales: España regala el Sáhara a Marruecos en un gesto que rompe con 40 años de política consensuada entre todos los partidos políticos. Una medida sobre la que no se pronuncia ningún organismo internacional ni tiene el apoyo de los partidos políticos españoles.
Francia
A finales de marzo, Sánchez acude a Paris a ver a Macron que le exige una solución al conflicto energético porque Francia tiene sus reactores nucleares parados por corrosión y mantenimiento y la energía se empieza a disparar.
La excepción ibérica o la isla energética es el mejor reclamo de Pedro Sánchez para solucionar el grave error que había cometido con Argelia. Limitar el precio del gas podía ser una buena idea que muchos aplaudieron debido a esa mirada cortoplacista e ignorante del gobierno de coalición.
Se vendió entonces la idea de que el tope haría a los españoles pagar menos de lo que pagarían con el precio libre y se pintaban escenarios espeluznantes con olas de frio y Filomenas por doquier.
Debajo de esto se escondía un plan mediante el que España exportaba energía subvencionada a Francia, cuyos sobrecostes los pagaba cada español en su factura de la luz con un nuevo cargo que sorprendió a mucha gente e incrementaba los precios hasta en 40 euros.
Nuevas relaciones
El 7 de abril de 2022 Moncloa publica en su web que «Pedro Sánchez y Mohamed VI inician una nueva etapa en las relaciones entre España y Marruecos». Semanas después se anuncia que España empieza a enviar gas a Marruecos, incluso electricidad por el cable submarino situado en Algeciras.
Argelia entiende que España se ha plegado a los intereses de Mohamed VI y empieza a reducir el suministro a España en un 25 % y a no renovar los contratos con empresas españolas algo que Italia aprovechó con los viajes de Mario Draghi antes de dejar la presidencia.
Gas de Rusia
El gas que envía España o que utiliza para producir electricidad a Francia o a Marruecos tiene un coste, concretamente, más de cien millones de euros mensuales que es el sobrecoste de traer barcos de gas licuado de Estados Unidos o de Rusia. Este país, señalado por Europa por la invasión a Ucrania y con el que se quiere evitar todo contacto económico, ha importado a España un 45 % más de gas licuado en 2022, pasando de los 37.027 GWh de 2021 a los 53.859 GWh.
Una vez analizados todos los elementos externos a la excepción ibérica se entiende que Europa haya prolongado la ayuda para paliar los efectos de las olas de calor del verano en Europa donde volverá a subir el precio de la energía.