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La presidenta de Inditex, Marta Ortega y el consejero Oscar García Maceiras.

Marta Ortega (Inditex) reconoce que no disfruta mucho con los números

La presidenta del imperio textil creado por su padre, Amancio Ortega, admite que su especialidad está en el producto

La presidenta de Inditex, Marta Ortega, admite en una entrevista concedida a Financial Times que «no disfruto mucho con los números, en general», aunque «obviamente, con los años, he llagado a saberlos». Indica que «mi energía está en el producto y en cómo se presenta: esa es el alma de nuestra empresa y donde puedo ofrecer mayor valor. Estoy al tanto de las finanzas, pero tengo un equipo muy experimentado cerca de mí que está completamente enfocado en ellas. Intentamos comportarnos como una pequeña empresa y no distraernos con los grandes números. El éxito comercial proviene, creo, del enfoque en los pequeños detalles por parte de cada persona en la empresa».

Ortega señala al medio inglés que siempre le gusta que vayan a visitarles, porque « es imposible conocer Zara sin ver cómo se trabaja dentro. Sonamos como una gran empresa, pero en el día a día realmente no se siente así. Tenemos una cultura de pertenencia. Siempre ha sido así». Esta apertura contrasta radicalmente con la de su padre, que nunca ha concedido una entrevista a un medio de comunicación: «Estos tiempos son diferentes a los que había cuando empezó mi padre. Supongo que estoy más que él en el mundo de la moda. Estamos en una generación diferente y en un tiempo diferente», afirma.

En la entrevista se destaca que Marta Ortega habla en inglés, en un tono no muy alto y que tiene su mesa en el equipo de diseño de ropa de mujeres, sin barreras con sus compañeros.

La presidenta ha conocido el negocio desde que nació, y habla para encarrilar su mandato casi cada día con su padre, que aunque tiene 87 años sigue pasando mucho tiempo en la oficina. «Mi padre es el mejor para sacar lo mejor de todos y creo que esa es la clave, porque obviamente nadie es bueno en todo», subraya.

Ortega señala que «no nos reconocemos en eso que llaman fast fashion». «Trae a la mente la cantidad de artículos sin vender y ropa de mala calidad enfocada a un precio muy barato», añade. «No puede estar más lejos de lo que hacemos. Tenemos un modelo de negocio que se enfoca principalmente en la demanda de los clientes, y sobre ella reaccionamos. Suministramos y distribuimos con esa mentalidad. Nos ayuda a minimizar el 'stock' residual que tenemos, que es muy pequeño: menos del 2%», subraya.

Sobre Shein, uno de sus competidores emergentes, se resiste a establecer paralelismos. «La moda rápida sugiere que se compromete la calidad, que es completamente lo contrario de lo que buscamos. Más del 40 % de las personas que trabajan en el equipo solo se dedican al producto. Tenemos más de 250 diseñadores en Zara, al igual que los patronistas. Todavía hacemos los patrones. Hacemos adaptaciones en modelos reales», explica.