La inflación subyacente de la eurozona se dispara hasta máximos históricos

La caída de los precios de la energía han dado un respiro a la inflación interanual este mes en la eurozona, que desciende seis décimas en marzo para colocarse en el 6,9 %. Sin embargo, la inflación subyacente –que no incluye energía ni alimentos procesados– ha subido una décima más que el mes anterior para marcar un nuevo máximo histórico en el 7,5 %.

El impacto de los precios de la energía ha sido clave ya que se trata de la primera tasa en negativo (-0,9 %) que se registra desde febrero de 2021 y que alcanzó cifras del 40 % tras la invasión rusa de Ucrania. Los alimentos no procesados, por su parte, aumentaron 8 décimas este mes hasta el 14,7 %.

La inflación subyacente, que excluye los precios de energía y alimentos no procesados, ha vuelto a marcar un máximo histórico (7,5 %) tras más de un año de subidas.

Los bienes industriales sin incluir la energía bajan dos décimas hasta el 6,6 % y la inflación del sector servicios aumenta el 5 %.

Casi todos los países han registrado descensos en su tasa de inflación salvo Eslovenia, que aumenta un punto en marzo hasta el 10,4 %, y Malta, que se mantiene en un 7 %.

España ha reducido su tasa hasta el 3,1 %, la segunda más baja de la eurozona por detrás de Luxemburgo (3 %). Por el contrario, Letonia (17,3 %), Estonia (15,6 %) y Lituania (15,2 %) mantienen las tasas más altas.

Subidas tipos de interés

Para Ulrike Kastens, economista de DWS, explica que se espera que la tasa de inflación siga bajando en los próximos meses, pero no así con la subyacente, «que no ha tocado techo». «A ello se añaden unos acuerdos salariales más elevados y un mercado laboral cada vez más tenso».

«Es probable que el Banco Central Europeo responda a esta situación con nuevas subidas de los tipos de interés», señala.