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Un hombre echa gasolina a su vehículo en Sevilla.

Un hombre echa gasolina a su vehículo en Sevilla.Joaquin Corchero / Europa Press

Primera consecuencia del recorte de la OPEP: la gasolina será más cara la semana que viene

La batalla de los países de la OPEP+ contra Estados Unidos por mantener el precio que les conviene nos pasará factura en unos días, según los expertos

El sorprendente recorte de alrededor de 1,65 millones de barriles diarios de petróleo anunciado el domingo por la OPEP+ tendrá un efecto en el precio de la gasolina, pero se notará más la semana que viene. Así lo afirma Nacho Rabadán, presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES).

Ayer el precio de la gasolina estaba subiendo apenas uno-dos céntimos respecto al viernes. Rabadán explica que los mayoristas comprarán sus nuevos suministros entre el jueves y el sábado, con el crudo ya previsiblemente más caro, de modo que espera que el próximo domingo o el lunes se hayan incrementado más los precios para los consumidores.

El recorte de la oferta por parte de la OPEP+ significará que subirán los precios para los compradores mayoristas, que a su vez tendrán que repercutirlos en los clientes. A los mayoristas no les viene nada bien tener que comprar el crudo más caro para luego tener que venderlo a un precio más elevado en sus estaciones de servicio. Rabadán se atreve a pronosticar que el precio para los consumidores no bajará de 1,5 euros el litro a medio plazo, pero no se ve capaz de apostar a cuánto puede subir.

El recorte en la producción ha sido una sorpresa de los países que forman los países de la OPEP+, entre los que se encuentran Arabia Saudí, Iraq, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Kazajistan, Argelia, Omán y Rusia. Recientemente habían dicho que iban a mantener su oferta en niveles parecidos a los que había, pero ahora se han descolgado con este anuncio que no esperaba nadie. El anterior recorte, de dos millones de barriles diarios, se llevó a cabo el pasado octubre, fue el mayor desde antes de la pandemia y equivalía al 2 % de la demanda global de petróleo.

El nuevo cambio de estrategia hay que interpretarlo en el actual contexto geopolítico de la batalla de Oriente contra Occidente. Estados Unidos empezó el año pasado a liberar petróleo de sus reservas estratégicas en grandes cantidades, pero ahora sus inventarios están bajo mínimos. Se esperaba que volviera a comprar petróleo y a rellenar sus reservas estratégicas tras el descenso del precio producido por la caída del Silicon Valley Bank, que puso el barril Texas en 70 dólares. Sin embargo, Estados Unidos dijo que iba a esperar a que el precio bajara más.

La reacción de los países de la OPEP+ ha sido disminuir la oferta, en una señal clara de que no quieren que el precio descienda a 50-60 dólares el barril, sino que se mantenga a 75-80. El Brent no ha cotizado por encima de los 100 dólares el barril desde agosto, pero el sorprendente recorte de producción del domingo por parte de Arabia Saudita y sus aliados de la OPEP+ vuelve a poner en juego ese nivel de precios, según Bloomberg.

La medida impulsaba ayer con fuerza la subida del precio del crudo (el Brent se incrementaba un 6,47 %, hasta los 84,93 dólares el barril. En marzo de 2022 llegó a 129). Renta 4 estima que supone un nuevo riesgo al alza sobre la inflación (y por tanto presión adicional sobre los bancos centrales) y a la baja sobre el crecimiento.

La decisión choca con las expectativas del mercado, que estaba esperando que los países productores mantuviesen un tono duro, pero sin decidir aún nuevos recortes de la oferta, a la espera de ver si el precio del crudo recuperaba niveles con los que se sintiesen cómodos (80 dólares el barril como suelo). Analistas de Goldman Sachs señalan, sin embargo, que la iniciativa es coherente con la nueva doctrina de la OPEP+: moverse anticipadamente porque pueden hacerlo sin perder cuota de mercado de manera significativa.

La medida de la OPEP+ se toma tras las recientes caídas del precio del petróleo a mínimos de más de un año a raíz del empeoramiento de expectativas cíclicas ante la inestabilidad financiera y su potencial impacto en el crédito y, como derivada, en la actividad económica. En total el recorte será de 1,65 millones diarios de barriles: Arabia Saudí recortará 500.000 desde mayo y hasta fin de año. A este importe se añaden 500.000 de Rusia (ya estaba anunciado de marzo a junio como represalia a Occidente, pero ahora comunican que se extenderá hasta fin de 2023), 211.000 de Iraq, 144.000 de Emiratos Árabes Unidos, 128.000 de Kuwait, 78.000 de Kazajistán, 48.000 de Argelia y 40.000 de Omán.

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