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El Banco de España ha publicado nuevos e interesantes datos. En la imagen, su gobernador, Pablo Hernández de CosEuropa Press

Análisis económico

Hogares y empresas «queman» 41.000 millones en depósitos

La inflación ha impactado con fuerza en ambos segmentos

El Banco de España, como siempre en su línea de mantener informados a todos los españoles a los que les interesa la economía, incluido a todos aquellos miembros del Gobierno que puedan estar interesados, publica un informe mensual donde recoge el importe del dinero que tienen todos los residentes españoles en la banca oficial que está presente en nuestro país, así como los mismos datos para la situación de las empresas.

Este informe no es exclusivo para los hogares y las empresas, pues recoge mucha más información, incluida la de los residentes en otros países de la Unión Europea Monetaria.

Pero hoy vamos a centrarnos en analizar qué ha pasado con los hogares y las empresas en los dos primeros meses del año antes del anuncio de los problemas de los bancos americanos Silicon Valley Bank, Signature y First National, es decir, antes de que hubiese una situación de temor sobre los depósitos en la banca y las instituciones financieras.

Todos esto lo explico porque la reducción de los depósitos, tanto de los hogares como de las empresas en el sistema financiero español, no tiene nada que ver con el temor o el miedo a que la banca española o europea estuviese contaminada y nuestro sistema financiero pudiese colapsar.

La realidad es que los depósitos de los dos sectores en el sistema financiero son muy, pero que muy preocupantes. En solo dos meses se han reducido en 41.000 millones, pero en porcentaje es mucho mayor. Hemos perdido en solo dos meses el 3,1 % de los ahorros generados a lo largo del tiempo.

Pero veamos qué ha pasado y qué nos cuentan los números:

El 31 de diciembre del año pasado terminamos con 1,322 billones de euros en depósitos en el sistema financiero español.

Los hogares terminaron en 1,004 billones, cifra nunca alcanzada un 31 de diciembre. Así, en el 2017 los hogares se quedaron en un ahorro de 775.800 millones de euros, que subió en 2018 a 807.800 millones, en 2019 a 853.200, en 2020 a 917.100 millones y en 2021 a 959.500 millones, en una tendencia que las familias españolas aprendieron de la crisis del 2008 al 2014 y han decidido que no quieren volver a sufrir un problema de liquidez como el que sufrieron en esos 5 años.

Pero en solo 2 meses han bajado del billón, se han quedado en 986.200 millones de euros. Han perdido 18.100 millones de euros, que supone dejarse en 2 meses el 1,8 % de los ahorros.

Las empresas, cuyos ahorros también han ido subiendo desde el 2017, tenían entonces un saldo en el sistema financiero de 240.900, consiguen subir en 2018 a 248.300, siguen subiendo en 2019 hasta 258.300, en 2020 y en plena pandemia consiguen llegar a 296.300 y en 2021 alcanzan su cifra máxima con 323.200 millones. En 2022 ya queman caja y se quedan en 317.700.

Pero en solo dos meses queman una caja de 22.900 millones de euros, lo que supone que han perdido en este periodo el 7,2 % de su capacidad de financiación.

La gran pregunta es por qué tanto las empresas como los hogares a la vez queman en estos dos meses 41.000 millones de euros.

Y la respuesta es muy parecida, pero con sus diferentes matices.

En los hogares, debido a la inflación y a que los salarios no se han adaptado al mismo nivel que los precios. Además, el Ministerio de Hacienda y La Moncloa no han querido adaptar los niveles de retención del IRPF a la inflación. Esto ha producido una reducción muy significativa del dinero disponible para llegar a fin de mes y se ha tenido que empezar a quemar ahorros.

Además de la inflación hay que tener en cuenta que el euríbor se ha colocado a finales de febrero en un 3 % y que las hipotecas que se han tenido que renovar en estos meses han supuesto otro drenaje de ingresos, estimados en los 3.000 euros al año y subiendo.

Todo ello hace que hayamos dejado de producir ahorros netos y estemos iniciando el proceso de la necesidad de usar los mismos para llegar a fin de mes.

En las empresas el proceso inflacionario ha producido otro efecto. Los costes han subido de forma sustancial. Muchos de estos costes han ido a los precios y han hecho que la inflación siga. Pero no todos los costes se han podido trasladar a los precios, lo cual ha producido una mengua de los beneficios del conjunto empresarial de tal magnitud que, hasta la Agencia Tributaria, en su informe de recaudación del impuesto de sociedades, ha tenido que devolver a las empresas 4.000 millones de euros más que en 2022, cobrados en exceso durante ese año.

Las empresas han bajado sus beneficios, pero muchas también han tenido que cerrar porque no han podido adaptarse a la situación de crisis. Recordemos que somos el país de la UE con el mayor índice de quiebras a finales de 2022, llegando el índice a 388, cuando en enero de 2015 era 100 y en Francia, Italia y Alemania está por debajo de 100 hoy en día.

Y queda el último efecto de la crisis, la subida de los tipos de interés obligados por el BCE para reducir la inflación; primero que encarecen los préstamos de la banca a las empresas y segundo que, al reducir sus beneficios empresariales, muchas empresas ya no son susceptibles de ser financiadas y, por lo tanto, al vencimiento de los préstamos estos son amortizados, no son renovados y se tienen que tirar de los ahorros de otros momentos.

En definitiva, nuestros hogares y nuestras empresas están «des-ahorrando», lo que en economía se llama quemando, y no porque la economía vaya bien, como no se cansan de repetirlo en todos sus mensajes los miembros del Gobierno, sino porque la economía va mal.

Y esta es la pura, cruda y dura realidad.