La polémica de los pisos turísticos: ¿problema real o batalla ideológica?
Podemos presiona para aumentar su regulación en la próxima Ley de Vivienda
Podemos ha propuesto incluir en la Ley de Vivienda que se aprobará mañana la limitación de los pisos turísticos al 2 % del número de habitantes de zonas tensionadas. Si se aplicara en un municipio como Marbella, de 150.000 habitantes, no podrían ofertarse más de 3.000 plazas de este tipo.
La propuesta coincide con la aparición de reportajes en diversos medios en los que se habla del efecto de estos pisos turísticos en la población donde se ubican. El País hablaba el lunes del barrio de Santa Cruz en Sevilla, en donde sus residentes se resisten a ser sustituidos por turistas (seis de cada diez de las 1.105 viviendas de esa zona están destinadas a pisos turísticos, según un estudio). El Diario de Cádiz reflejaba que 11.017 de las 15.780 plazas turísticas de la provincia son para pisos. Otras fuentes sostienen que Cádiz tiene 42.000 empadronados menos que en 1981 por la escasez de viviendas debido al alza de los pisos turísticos y por el auge de la turismofobia, además de por el envejecimiento de la población.
En este contexto, Podemos ha hecho su propuesta para «garantizar» la bajada de precios y para «evitar que fondos buitre y grandes tenedores retiren inmuebles del mercado residencial y los destinen al arrendamiento vacacional». Los intereses de Podemos se ven en este caso también alineados con las empresas hoteleras, pero no con quienes busquen un alojamiento más barato para sus vacaciones.
¿Pero hay saturación, o no? «El número de pisos turísticos se está masificando en las grandes ciudades. Crea problemas con los vecinos. Muchos ciudadanos se van, como ha ocurrido en Cádiz. Controlan el parque del alquiler y, como consecuencia, suben los precios», confirma María Matos, directora del Servicio de Estudios del portal inmobiliario Fotocasa. A pesar de ello, es más partidaria de estudiar cómo se conceden las licencias que de que se produzca una sobrerregulación.
La realidad es que hay grandes ciudades regulando los pisos turísticos: Madrid, Barcelona, Valencia… Valencia es una de las más sutiles, al permitir solo pisos turísticos en los bajos y en los primeros pisos; Barcelona únicamente lo hace en zonas en donde se acredita falta de oferta, y Palma de Mallorca ya no da más licencias, de acuerdo con Fotocasa.
En opinión de algunos expertos, uno de los grandes problemas que trae la proliferación de pisos turísticos está en que influye en la reducción de la oferta de pisos en alquiler, que en España está en mínimos de 2015, según Fotocasa.