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La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Análisis económico

La presión fiscal de los españoles alcanza el 46,1 %

La política de subir impuestos del Gobierno actual hace más pobres a los pobres y mucho más ricos a los ricos

Hace ya unos meses expliqué en que consiste la presión fiscal, pero dado que no es un tema trivial, ni sencillo, antes de dar las malas, aunque sobradamente conocidas noticias sobre las que versa este artículo, creo que es bueno repasar un poco los conceptos.

¿Qué es la presión fiscal?

Es el porcentaje de los ingresos que recauda un Estado de todos los contribuyentes, procedentes tanto de particulares como de empresas, en forma de impuestos, en relación con el Producto Interior Bruto (PIB).

Es decir, es un indicador que nos indica la voracidad recaudadora de un Estado en la relación con los ciudadanos.

A mayor porcentaje recaudado, mayor voracidad; a menor porcentaje, menor voracidad recaudadora.

Todos sabemos que, si hay algo que distingue a este Gobierno socialista-comunista, es su necesidad de gastar, esa necesidad conlleva la obligación de ingresar, lo cual implica más impuestos, más altos o, como en este caso, como la inflación es muy alta, vale con mantener los tramos de recaudación.

Así teníamos el año pasado un PIB real de 1,205 billones de euros. Según la ministra de Asuntos Económicos, nuestro país ha crecido un 5,5 % en términos reales, lo que nos llevaría a un PIB de 1,271 billones que implicaría ya estar por encima de 2019. Pero, como ya ella misma ha reconocido, seguimos por debajo, y como he demostrado que el PIB per cápita ha descendido un 2,4 % por debajo del 2019, vamos a tomar como cálculo correcto el que realicé hace unos meses, donde demostraba, con los datos del INE, que nuestro PIB había crecido un 2,6 %, que era exactamente el porcentaje de crecimiento que indicaba el INE en su página principal.

Por otro lado, Eurostat ya ha informado del total de la recaudación de los impuestos consolidados entre todas las administraciones y, por lo tanto, tenemos ya el dato definitivo de recaudación total de impuestos que pagamos el conjunto de trabajadores, autónomos y empresarios.

Pero, además, para que se les caiga la careta, porque la cara de vergüenza no se les va a caer, porque es muy difícil que la tengan y, además, como decía la bisabuela de mis hijos, era verde y se la comió un burro, voy a publicar la serie de años en los que ha gobernado este equipo.

El último año de gobierno del PP, el PIB fue de 1,161 billones con unos impuestos consolidados de 444.037 millones de euros, que nos colocaba en una presión fiscal del 38,2 %.

El primer año de cierre del gobierno socialista en solitario, nos vamos a un 39,2 % de presión. Aunque el PIB crece un 3,6 %, los impuestos suben un 6,3 %.

En 2019 sigue la senda alcista del PIB, que consigue llegar a los 1,244 billones de euros, que se mantiene como el techo de PIB conseguido, y los impuestos crecen una décima más que el PIB. Así nos encontramos con una presión del 39,3 %.

A partir de este instante el gobierno de coalición socialismo-comunismo se transforma realmente en el Frankenstein de la imposición y, en plena pandemia y sin importarles un cuerno el sufrimiento de la gente, se llevan la presión fiscal al 41,7 %. Desde entonces, este Gobierno decide ponerse a recaudar como si se fuese a acabar el mundo.

Los ingresos del Estado crecen un 12,9 % en 2021 y un 8,1 % en el 2022, llevando nuestra presión fiscal a un 43,8 % en 2021 y a un provisional, porque son mis estimaciones, de un 46,1 %.

Todo esto tiene como situación el empobrecimiento de las clases medias y bajas, que son las grandes pagadoras en este tipo de situaciones y, desde luego, paguitas de 200 euros no ayudan a nadie a solventar el incremento medio del 8,1 % de la recaudación del último año.

Pero si miramos con perspectiva lo que ha sucedido desde que llegó Sánchez al Gobierno, nos encontramos que el PIB ha crecido un 6,4 %, pero la carga impositiva lo ha hecho en un 28,5 %.

Por lo tanto, nos ha empobrecido a todos los españoles un 20,7 %, pero como ese empobrecimiento al que ha sometido a la economía no es lineal, al que ha empobrecido más es al que menos gana, y al que ha empobrecido menos es al que más gana.

En definitiva, la falta de entendimiento de los criterios y los conceptos económicos ha llevado a este gobierno socialista-comunista con su política Frankenstein de impuestos a hacer más pobres a los pobres y mucho más ricos a los ricos.

Esta es la gran paradoja de esa situación económica. El IVA y los impuestos indirectos penaliza más a las rentas bajas y, si añadimos una situación de inflación como la que estamos teniendo, sin deflactar los IRPF para ajustarse a la subida de precios, quienes más pagan no son los ricos, sino las clases medias, que no tienen asesores ni modo de salirse del carril de la imposición.

Pero esta es la triste historia de todos los socialismos que se tiran en manos del comunismo, porque el populismo es más guay que afrontar con seriedad los problemas estructurales y coyunturales de un país.

Este gobierno no ha hecho nada por cambiar la estructura de ingresos que tenemos, simplemente porque no sabe el modelo económico que quiere, porque cuando tiene dos patatas, una en cada mano, no sabe ni tomar la decisión de cuál es la grande y meterla en la bolsa de las grandes y cuál es la pequeña y meterla en la bolsa de las pequeñas.

Solo sabe subir impuestos y, como en nuestro caso, llevarse la presión fiscal ya muy cerca del 50 %, que hará de España el país más pobre de la Unión Europea.